El año pasado saltaron todas las alarmas en Urabá, la mayor región productora de banano del país, cuando fue identificado el hongo Fusarium Raza 4 Tropical (T4R) en dos fincas en La Guajira.
El hongo en cuestión produce la marchitez y muerte de la planta, permaneciendo por décadas en el suelo y hasta la fecha no hay antídoto.
La alarma corrió como reguero de pólvora y generó gran preocupación porque el T4R es una variedad del Mal de Panamá, de una agresividad devastadora.
Para impedir su propagación se activó una batería de medidas sanitarias y preventivas donde el Sindicato fue actor protagónico, interlocutor válido y legitimo ante las autoridades competentes y los propios trabajadores y trabajadoras.
En medio de esta situación, emerge la pandemia del COVID-19 y de nuevo Sintrainagro asume un papel en la construcción y coordinación de políticas públicas y medidas precautorias en toda la región.
Entre los acuerdos alcanzados entre el Sindicato, Augura y las autoridades municipales, se estableció que las secretarías de salud dispondrán de los recursos necesarios para que, en coordinación con Sintrainagro, se verifique el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y salubridad en todas las fincas y puertos.
Se inspeccionarán así con frecuencia los paraderos, buses, casinos (comedores), barcadilla, embarque, etcétera.
Asimismo, se estableció el compromiso de utilizar plataformas de comunicación digitales para llegar masivamente con la información necesaria y actualizada de los protocolos de prevención.
Por último, subrayamos que Augura y los diferentes alcaldes realizan en el comunicado final un reconocimiento contundente a los trabajadores y trabajadoras agrícolas por su entrega y contribución para la sustentabilidad económica urabaense.
No es poca cosa cuando en el resto del país y en la gran mayoría de los países del mundo los asalariados, hombres y mujeres, del sector agrario son tratados con el más absoluto desprecio.