-¿Qué puedes contarnos del último enfrentamiento entre el gobierno federal y el Ministerio de Salud Pública por el tema de las medidas a adoptar frente a la pandemia?
-La situación es cada vez más tensa.
El sábado pasado el presidente Bolsonaro viajó a Manaos junto al ministro Mandetta para inaugurar un hospital de campaña para el tratamiento de los infectados con COVID-19 y en ese acto se sacó el tapabocas y comenzó a saludar con besos y abrazos a los presentes.
Hizo todo lo contrario a lo que se está recomendando desde los organismos de salud nacionales y mundiales.
Estaba en realidad enviándole un nuevo mensaje a su ministro.
Ante esta situación, Mandetta fue entrevistado por un noticiero central de Red Globo, que cuenta con una audiencia de millones y le preguntaron qué pensaba acerca de la actitud del presidente en esa inauguración.
El ministro respondió que lo que hizo Bolsonaro fue confundir aún más a los ciudadanos, porque habrá muchas personas que no sabrán si seguir las recomendaciones del Ministerio de Salud o minimizarlas, tal como lo hace el propio presidente.
-Es sabido que el presidente va a la panadería casi a diario a tomar café, abraza a la gente, ha sido filmado en una farmacia, en bares, pero en un hospital y en presencia del ministro tiene un significado muy fuerte, ¿no?
-Desde que Mandetta tomara posición sobre las medidas de aislamiento recomendadas por la OMS se abrió una grieta con el gobierno federal que solo lo mantuvo al mando de la cartera por presión de los generales que actualmente forman parte del Congreso.
Esta nueva afronta de Bolsonaro a su principal en Salud es una forma de “marcar territorio”, pues en un hospital de campaña hizo todo lo que no se debe hacer, dejando en evidencia nuevamente que no quiere a Mandetta.
Estamos esperando a ver si se confirma el rumor que Bolsonaro lo habría convocado nuevamente para relevarlo de su cargo. Este es un caso donde veremos quién tiene más fuerza, si los generales o el presidente.
-En cuanto a las condiciones sanitarias, ¿cómo se encuentra el país?
-La capital que más preocupa es Manaos, en Amazonas, donde ya se vislumbra el colapso de los centros de atención, donde los CTI están saturados. Fortaleza, en Ceará, es a su vez donde se registraron más casos.
En Rio de Janeiro, 75 por ciento de los CTI están ocupados con casos de COVID-19 y en Sao Paulo, donde hasta estadios de fútbol están siendo acondicionados como hospitales de campaña, se registró este lunes 13 el primer muerto por coronavirus en uno de estos centros de emergencia.
Entonces la situación tiende a agravarse y la crisis política solo retrasa las medidas sanitarias para frenar el avance del contagio, por una actitud de riña casi infantil de un individuo que no tiene las más mínimas condiciones para gobernar.
-¿Este nuevo episodio cambia lo que decías hace un tiempo, que los militares están esperando hasta diciembre y que se cumpla el plazo constitucional para que asuma el vicepresidente Hamilton Mourão?
-Sí, esto puede cambiarlo todo porque hay poco espacio para maniobras políticas ya que Bolsonaro está haciendo cosas que a la larga tendrán consecuencias muy graves para la población.
Lo que se recomienda desde los organismos de salud es frenar el contagio para evitar el colapso de los sistemas sanitarios y el colapso social.
Se sabe que las consecuencias económicas serán terribles después que pase la pandemia, pero será peor si se satura un ya malo sistema de salud. No puedo ni quiero imaginarlo.
Mandetta 2 – Bolsonaro 0
Al finalizar la jornada de ayer lunes, el presidente Bolsonaro sufrió un nuevo revés político. En la conferencia diaria que realiza con su gabinete fue nuevamente aislado y fuentes seguras afirman que desde el Congreso se aprobará un paquete de medidas que permitirá a los gobiernos estaduales extender la cuarentena.
El presidente pensó que ahogando económicamente a los estados federados podría revertir el hecho que los gobernadores dejaran de lado el aislamiento como medida preventiva y así volver a estar al mando.
Sin embargo, su última jugada no obtuvo el resultado que esperaba. Más bien todo lo contrario.