“En mi país los empresarios se quieren aprovechar de toda ocasión y ahora han presentado despidos intempestivos masivos. La coyuntura les viene bien”, señaló César Fernando.
La mayor parte de los despidos se produjeron en los sectores de la floricultura, la industria chocolatera y otras áreas industriales.
El Grupo Arbusta echó a 150 trabajadores y la empresa Confiteca a otro centenar. Ambas compañías son del sector floricultor”.
La FESITRAE está preparando un documento para denunciar la situación y exigir a los empresarios y el gobierno que se respeten los convenios colectivos, se reintegre a los despedidos a sus empleos y que las autoridades rechacen despidos arbitrarios en un contexto de emergencia sanitaria en que los trabajadores, trabajadoras y los sectores populares en general son quienes se ven más expuestos y perjudicados.
El Ministerio de Trabajo adoptó el 28 de marzo una resolución por la cual autoriza modificaciones de horarios de trabajo y suspensiones de labores en la situación actual de emergencia sanitaria, siempre y cuando se decidan en común acuerdo con los empleados y sus representantes.
Citando disposiciones de la OIT para proteger los ingresos y la salud de los trabajadores en tiempos de pandemia, la medida establece que “la remuneración de los trabajadores es irrenunciable” y que se deben “buscar mecanismos que permitan acuerdos y cooperación” entre las partes, “a fin de garantizar estabilidad laboral”.
Nada de eso está pasando, afirmó el presidente, y los empresarios que despiden sólo piensan en sus intereses y en cómo asegurarlos aun a costa de hacer caer en la miseria a miles de personas en un contexto particularmente oscuro.
No es sólo una realidad ecuatoriana. Lo mismo se está dando en otros países latinoamericanos, como Perú, Colombia, Costa Rica.