-¿Cómo surge esta iniciativa?
-A partir de un encuentro que realizó el Comité Internacional de Comercio Justo en marzo del año pasado en Alemania, donde se marcó una agenda de trabajo para América Latina y el Caribe con énfasis en el caso de los trabajadores y trabajadoras migrantes de República Dominicana.
Esta instancia fue muy importante. Contó con la participación de varios compañeros dominicanos, de la mayoría de los integrantes de la la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo (CLAC), y con la presencia de Gilbert Bermúdez, coordinador de COLSIBA, de compañeros de El Salvador y de Ecuador.
Nosotros, junto a Adela Torres (secretaria general del sindicato), participamos en representación de Sintrainagro y la Rel UITA.
-¿Cuáles fueron los temas tratados?
-Se expusieron las diferentes realidades que enfrentan trabajadores y pequeños productores en los diferentes países de la región para luego llegar a la elaboración de una agenda de trabajo común con la CLAC.
Se plasmó el compromiso de intercambiar ayuda y contribuir a mejorar las condiciones de nuestros afiliados.
Sintrainagro, la Rel UITA y COLSIBA coincidimos en varios puntos de la agenda de la CLAC. Sobre todo en lo que refiere a coordinar reuniones periódicas en Ecuador, donde las condiciones laborales y sociales son precarias, y en República Dominicana, específicamente con la población migrante, mayoritariamente proveniente de Haití y sometida a regímenes de total explotación en empresas que, irónicamente, son certificadas por Comercio Justo.
-Además de la agenda común para intercambio de ayuda, ¿qué otras acciones abarca este compromiso?
-Principalmente generar espacios de intercambio de información que permitan monitorear que las empresas que llevan el sello de Comercio Justo cumplan con lo que refiere a condiciones laborales decentes.