Cada organización tiene su propio perfil, su historia, cotidianidades, su modo de resolver problemas. Cada país presenta su dinámica social, política y económica que lo caracteriza y deben contemplarse.
En los procesos de empoderamiento de la mujer en los sindicatos, cada organización transita de manera diferente, con encares distintos.
No hay un modelo único a seguir para toda la región.
La gestión de los procesos de cambio deben admitir la incorporación de espacios de autocrítica y de reformulación permanentes. Nuestra gente debe advertir que se avanza, que se crece en cantidad y calidad, que vale la pena participar.
Clamu G es ejemplo de ello. Luego de año y medio de labores, las compañeras han identificado la necesidad de contar con un estatuto, personería jurídica, de realizar esfuerzos para institucionalizar el Comité, como resultado directo de su praxis, convivencia y en consonancia con los nuevos retos y desafíos construidos democrática y colectivamente.
Clamu G va por más apoyándose en su experiencia, desde las lecciones aprendidas y el abandono de esteriotipos y fórmulas descarnadas.
En Guatemala, Gerardo Iglesias
Fecha: 15 de enero de 2020
Fotos: Gerardo Iglesias y Ulises Muñoz