-¿Qué pasó en Salta?
–Alliance One despidió a 248 trabajadores y trabajadoras de acopio de tabaco de la empresa sin previa consulta al sindicato ni a la federación, y además decidió pasar el procesamiento de tabaco a Massalin SA (Philip Morris).
Una completa falta de respeto hacia la organización y una falta total de responsabilidad social teniendo en cuenta la grave crisis que atraviesa el país.
-Estos hechos se suman a un espiral de despidos en la industria.
-Sí, cerca de 500 en treinta días. Las empresas se justifican bajo el argumento de problemas de costos pero en realidad no sabemos con exactitud ya que no tenemos acceso a los balances.
-¿Las cosas podrán mejorar con el nuevo gobierno?
-Esperamos que sí. El gobierno saliente deja al país mucho peor de lo que estaba: cerraron muchas fábricas, la inflación se disparó, al igual que el número de despidos.
De hecho, ganaron más los que más tienen y los pobres pasaron a ser más pobres. Hay cantidad de gente pasando hambre, revisando la basura para comer, algo que nunca antes se vio. En un país rico como Argentina esto da mucha tristeza.
Algo similar pasó en la década del 90 pero se salió más rápido. Lo que estamos viviendo actualmente nunca antes lo vi.
-¿Qué papel jugarán los sindicatos en el nuevo escenario político?
-La unidad será esencial porque sabemos que por más que quiera hacer cosas, el gobierno asume en una coyuntura muy desfavorable, con una deuda inmensa, con miles de desocupados.
El movimiento obrero tendrá que estar a la altura de las circunstancias, dejar personalismos de lado y ponerse hombro con hombro para recuperar la Argentina.
En Buenos Aires, Gerardo Iglesias