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Con Alberto Acosta

“La Amazonia se quema por nuestra demanda de carne”

“No es posible un crecimiento permanente sin causar un colapso climático”, afirma Alberto Acosta, economista, exministro de Energía de Ecuador y reclama un desarrollo que no se base en mercantilizar la naturaleza. Por eso rechaza la idea de crear mercado de carbono, asunto estrella en la negociación de la cumbre de Madrid. El autor de El buen vivir ha coordinado el libro Pluriverso (Icaria), donde recoge un amplio abanico de propuestas de economía ecológica.

-¿Qué espera de la cumbre del clima de Madrid?
-Sigo las cumbres sobre cambio climático desde hace años; y tras la celebración de cada una de ellas, las expectativas siguen bajando. Incluso, los resultados de la Conferencia de París (2015) fueron totalmente insatisfactorios.

Además, están lejos de cumplirse. Tal vez se dé algún milagro, pero no creo en los milagros.

-Pero se fijaron metas para 2025 y 2030; esperemos, ¿no?
Alemania ya ha reconocido que no podrá reducir las emisiones de gases en el nivel que tenía previsto para el año 2020, y tiene que hacer un gran esfuerzo para alcanzar a las metas del 2030. Este es un caso paradigmático.

-¿Qué soluciones hay para mitigar el cambio climático?
-Lamentablemente los acuerdos políticos son insuficientes, sobre todo porque siguen la lógica de la mercantilización de la naturaleza.

No se está buscando un cambio del sistema, sino un cambio del clima. Se debe impulsar un sistema que garantice el equilibrio de las relaciones entre seres humanos y la naturaleza. Y eso pasa por una desmercantilización de la naturaleza, por establecer otros patrones de consumo y de producción.

-¿Cambios energéticos, económicos, fiscales, alimentarios…?
-Debemos liberarnos y superar la actual era de los combustibles fósiles.

La Agencia Internacional de la Energía afirma que deben quedar en el subsuelo dos terceras partes de las reservas de combustibles fósiles conocidas; si no, no es seguro que se pueda evitar un incremento de temperaturas de 2ºC.

-¿Alguno más?
-Hay que liberarse de la religión del crecimiento económico permanente. No es posible un crecimiento económico permanente sin causar un descalabro medioambiental, un colapso climático.

Los chinos, entre 2011 y 2013, consumieron 6.515 millones de toneladas de cemento. Esto es, 1,5 veces más que todo lo que consumió Estados Unidos en todo el siglo XX.

No hay planeta que aguante este ritmo de demanda y destrucción. Por eso algunos estamos empeñados en proteger los derechos de la naturaleza, en desmercantilizar la naturaleza.

-La iniciativa Yasuni del gobierno de Rafael Correa en Ecuador buscaba dejar bajo tierra los hidrocarburos. Pero la idea fracasó…
-Sin duda; era un proyecto que perseguía proteger la vida de los pueblos y salvar una verdadera arca de Noé. Se quería impedir la emisión de más de 400 millones de toneladas de CO2, y abrir una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza.

Fracasó porque el ex presidente Correa no dio la talla para acometer una iniciativa tan revolucionaria. Se entusiasmó con la idea de obtener recursos rápidos. En su vanidad se olvidó de que se requería una estrategia política a largo plazo.

Los recursos naturales deben ser públicos

-¿Cómo se desmercantiliza la naturaleza?
-Por ejemplo, el agua no puede estar privatizada. Esto no quiere decir que tiene que estar estatalizada; tienen que intervenir las comunidades locales. El agua es vida, no es negocio.

También se tiene que trabajar para ir desmontando aberraciones como el mercado del carbono. O tomamos medidas para impedir que la temperatura suba 1,5ºC o nos arriesgamos a provocar una hecatombe para gran parte de la humanidad.

-¿No le gusta el mercado de carbono que se está negociando?
-No funcionó con el Protocolo de Kioto. Fracasó. No tuvo el resultado esperado. Y en las conversiones de París tampoco se aceptó incluir en el acuerdo emisiones tan significativas como las de transporte internacional de avión o barco.

-¿Por qué se quema la Amazonia?
-Hablamos de la Amazonia en Brasil, de Perú, en Bolivia. Son incendios vinculados a nuestra creciente demanda de carne y de soja; al hecho de que hay personas en el planeta que viven bien a costa del sacrificio de la vida de muchísimas otras personas y de la naturaleza.

-¿Y cómo lo cambiamos?
-En España hay cosas muy interesantes, como por ejemplo los mercados de cercanía; hay que reducir esos flujos de comercio que provocan enormes impactos ambientales, recuperar la producción de los campesinos y no necesariamente de los grandes grupos agroindustriales. Hay una enorme cantidad de desperdicios alimentarios.

En los mercados de futuros se venden cosechas que no han sido sembradas. Y se hace con un creciente uso de agrotóxicos que dañan la biodiversidad.


(Tomado de La Vanguardia, España).
Edición e intertítulo Rel UITA