“Es un tóxico que penetra al organismo humano a través de piel, vías aéreas y boca, que puede provocar la muerte y para el cual no se conocen antídotos”, afirmó este especialista en medicina interna y neumología.
“Son conocidos los casos de intoxicación aguda accidental en fumigaciones, o durante la preparación de soluciones líquidas, o por ingestión de un resto en un vaso creyéndolo una bebida, o con fines suicidas”, agregó.
El paraquat es ampliamente empleado en la agricultura en varios países latinoamericanos en cultivos de algodón, maíz y soja, entre otros.
“Puede producir un envenenamiento agudo, pero los síntomas suelen no aparecer rápidamente. La alteración del tejido pulmonar puede no ser detectable al comienzo, dando dificultad para respirar por una fibrosis pulmonar difusa que finalmente se visualiza y expresa como insuficiencia respiratoria”.
También produce dermatitis y se lo ha asociado a casos de Parkinson. Se sospechan daños al sistema genital reproductor y tiene un posible potencial carcinógeno, dice, citando diversos estudios científicos.
Formado en Uruguay, el especialista debió exiliarse con el advenimiento de la dictadura en su país y vivó largos años en Cuba.
“Personalmente vi dos casos mortales de intoxicación con paraquat, uno en La Habana, en 1980, y otro tras mi regreso a Montevideo, en 1992. Se les hizo un tratamiento sintomático intensivo pero murieron en menos de 48 horas”.
Un informe de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAPAL) señala que las “intoxicaciones fatales en los lugares de trabajo (sin incluir la ingesta accidental o intencional) ocurren principalmente cuando la absorción del herbicida a través de la piel aumenta después de contactos prolongados con soluciones diluidas o concentradas”.
“Se ha determinado en investigaciones que la contaminación de la piel ocurre tanto por derrames de la formulación concentrada como por goteos del equipo de aplicación, no pudiendo evitarse ni con el traje de protección”, agrega el documento, publicado en noviembre de 2017.
“Las gotas del rocío de la aplicación depositadas en la nariz y las pulverizaciones pueden ser tragadas cuando los trabajadores respiran por la boca”.
Elena recuerda que el paraquat tiene una alta persistencia en la tierra y el agua y que las lluvias no lo mueven del suelo.
“Es muy peligroso para organismos acuáticos y puede causar efectos adversos a largo plazo en los medios ambientes acuáticos, como los humedales. Penetra los huevos y es el herbicida más embriotóxico y teratogénico”.
“Un especialista suizo, Richard Isenring, afirmó en un estudio aprobado por la Organización Mundial de la Salud*, que en los países en desarrollo el uso del paraquat debería estar totalmente prohibido porque se carecen de medios para controlar su aplicación”, destacó Elena.
“Aun considerando la posible mayor productividad inmediata de los cultivos fumigados con paraquat además de glifosato, todo lo precedente nos lleva a sostener que el paraquat debe ser prohibido totalmente en plazo breve y que ya hoy se debe decretar la prohibición total de su uso por fumigación aérea (…) por su altísimo riesgo de polución aérea y contaminación a distancia con efectos tóxicos irreversibles sobre todos los organismos vivos, incluidos los humanos”, escribió Isenring.
Pero en Uruguay no sólo no se lo prohíbe sino que su empleo es publicitado en publicaciones destinadas al sector agrícola, como la que edita la Asociación Rural, que reúne a los grandes productores del país.
*“Paraquat: riesgos inaceptables para la salud de los usuarios”.