La iniciativa significó una apuesta a desarrollar una “cultura de la prevención” en los sindicatos afiliados a fin de promover la noción de ciudadanía, que sitúa a la vida como valor fundamental y al mismo tiempo introducir la perspectiva de género en la acción sindical e influir en la cultura de la organización y en sus procesos.
La Rel conversó con Ivonne Macassi, coordinadora del Programa de Derechos Humanos del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, quien desarrolló el tema “Inclusión de la mujer en el movimiento sindical”.
-¿Desde cuándo se aborda en Perú la problemática de género en el ámbito sindical?
-A partir de la afiliación de las mujeres y de las demandas que surgen con su participación se producen importantes cambios en el movimiento sindical, en especial en la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).
Eso se dio particularmente durante las gestiones de Juan José Gorriti (1995 – 2006) y Mario Huamán (2006 – 2011), períodos en los que esta central asume el compromiso de incluir los derechos de la mujer como uno de sus ejes prioritarios de trabajo.
-¿Cuáles fueron las reformas que se impulsaron en estas gestiones?
-En el Congreso Nacional Estatutario de la CGTP de noviembre de 2003 se acordaron cambios estructurales: las secretarías se convirtieron en departamentos sindicales y se conformaron comisiones de trabajo.
La CGTP se reestructuró sectorialmente por ramas y también territorialmente. Uno de los aspectos innovadores fue que la Secretaría de la Mujer de la CGTP recibió el apoyo de un soporte técnico profesional, que contribuyó más adelante a definir la Agenda Sindical de la Mujer Trabajadora.
Otro hecho significativo fue la aprobación de la afiliación directa de trabajadoras y trabajadores que no tenían la posibilidad de constituir un sindicato o afiliarse a uno existente. Y se acordó dar participación equitativa a las mujeres en la dirección nacional, de acuerdo al volumen de representatividad, entre otras reformas.
La participación que tuvieron las delegadas mujeres dentro de la Comisión Nacional de Reestructuración Orgánica fue fundamental: lograron la aprobación de un proyecto de estatutos que incorporó el artículo de la cuota mínima de género del 30 por ciento. El documento fue sometido a la discusión y quedó pendiente de redacción.
En noviembre de 2006, durante el XII Congreso Nacional de la CGTP, Mario Huamán Rivera es elegido secretario general y Carmela Sifuentes Hinostroza presidenta de la CGTP, rompiéndose 78 años de hegemonía masculina.
Sobre un total de 45 miembros, el Congreso eligió a siete mujeres en el Consejo Ejecutivo Nacional. Fue un hecho importante, aunque la mayoría de las mujeres elegidas no lograron ejercer sus cargos por distintos motivos.
–Gloria Pérez Saavedra, secretaria del Departamento de la Mujer Trabajadora (2006 – 2010), operó arduamente en ese sentido y promovió una reforma estatutaria para conseguir la aprobación de la cuota mínima del 30 por ciento de participación de las mujeres al interior de los órganos y espacios de discusión y dirección, entre otras estrategias y acciones afirmativas.
Entre 2006 y 2008, la Secretaria de la Mujer participó y aportó en las discusiones para la construcción del texto de la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres (LIO) 28983, que fue promulgada el 15 de marzo de 2007, y el fortalecimiento de sus vínculos con el movimiento feminista y académico.
En marzo de 2008, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el departamento presentó su propuesta de “transversalización del enfoque de género”, que contó con el apoyo de Mario Huamán.
Se aprobaron la “agenda laboral de las mujeres trabajadoras” y otras referidas al trabajo, la negociación colectiva y el enfoque de género. Se establecieron estrategias para promover una mayor afiliación de mujeres y otras específicas para las que trabajan en la agricultura, el hogar, las empresas del agua y las mineras.
Con el apoyo de la cooperación internacional se realizó un trabajo previo al XIII Congreso Nacional de la CGTP, que vio sus frutos en la propuesta de la cuota mínima, que incluía el uso y la aplicabilidad del lenguaje inclusivo.
Otro hecho significativo fue que la revista Mujer cambió su nombre a Desafíos, siendo impreso su primer número en 2008, gracias al premio obtenido en el Concurso de Buenas Prácticas Sindicales en Género.
-¿Qué significó para las trabajadoras sindicalizadas esa apertura?
– Mayor reconocimiento de sus aportes al movimiento sindical y al esfuerzo realizado por sus líderes, y que sus demandas y propuestas sean debatidas, tomadas en cuenta, aunque aún hay mucho por hacer.
-¿En qué se ha avanzado y qué nudos aún están por desatar?
-En la medida que la participación de la mujer pone en juego cuestiones relativas al poder establecido lleva implícito una redistribución de éste y la inclusión.
Se ha avanzado con algunas reformas legislativas, como las licencias por paternidad, y los lactarios en el sector público y privado.
Todavía no se han logrado restituir los Centros de Cuidado Infantil (salas-cuna) eliminados en 1992 ni que las labores domésticas se compartan con la pareja o la familia, hechos que las alejan de la organización sindical.
Tampoco se ha logrado mejorar las condiciones precarias en las que laboran las mujeres en sectores como agroindustria, confecciones y trabajo doméstico.
A esto se suman las trabas culturales y políticas que impiden la representación de las mujeres y su acceso al mundo público en términos de igualdad, porque aún no tienen las oportunidades de que sí disponen los hombres.
-La concepción del sistema basado en el sexo-género permea a la sociedad, acentúa un machismo que se reproduce en familias, escuelas, relaciones políticas y en el mismo centro de trabajo.
La jefatura de los hogares es reconocida, por ejemplo, naturalmente a los hombres, mientras que a las mujeres se les confiere el rol cuando son madres solteras.
Por estas y otras razones la participación sindical de la mujer sigue siendo muy escasa, entre 20 y 30 por ciento del total de sindicalizados. Estas estadísticas son menores cuando hablamos de dirigentes sindicales que ocupan cargos de dirección nacional.
-¿El taller convocado por FNT CGTP-ABA y la Rel-UITA, qué estaría reflejando?
-Que hay un gran interés de parte de la dirigencia por abordar temas de gran importancia para el conjunto de los dirigentes.
En el taller se trabajaron dos temas: uno referido a la seguridad y salud en el trabajo y otro a la inclusión de la mujer en el movimiento sindical.
En el primero también se incorporó las consecuencias que tienen principalmente en las mujeres algunas actividades y/o usos de productos especialmente “tóxicos” y que pueden afectar su salud reproductiva.
El segundo, en el cual participamos, denotó una clara motivación por rescatar el aporte de las mujeres al espacio sindical y que éste sea compartido con las y los dirigentes de las diversas agrupaciones sindicales que conforman la Federación.
Su participación fue muy activa y sobre todo mostraron interés en debatir el enfoque de género en sus agrupaciones y destacaron aquellos aspectos que tienen en cuenta en sus negociaciones colectivas, que hacen referencia a propiciar una mayor participación de las trabajadoras.