“Cuando asumimos la dirigencia del SITHA en 2015 comenzamos una serie de reivindicaciones para mejorar las condiciones laborales en las dos empresas que representamos, tanto en Bimbo como el Levapan”, recuerda Salazar.
Según expresó el dirigente después de muchas idas y venidas y luego de interponer un pliego de violaciones, se logró mejorar algunas cláusulas del convenio colectivo de condiciones de trabajo en 2017.
“En mayo de 2019, presentamos un nuevo pliego de peticiones para la negociación de un nuevo convenio, el problema es que desde hace 10 meses la empresa se dio a la tarea de crear un sindicato amarillo y realizó una campaña de intimidación, que incluyó despidos, para que los trabajadores y trabajadoras firmaran para esa organización, de forma que fuera mayoritaria y la responsable de negociar el próximo convenio”.
Salazar agregó que la empresa además no ha permitido que el SITHA se reúna con sus afiliados, impidiendo el ingreso de dirigentes al predio, usando para ello cualquier tipo de ardid.
“El conflicto se ha agudizado a raíz de esa estrategia de Levapan, sobre todo porque nosotros no nos quedamos de brazos cruzados y estamos denunciando esto del sindicato paralelo y también la actitud de coartar nuestro derecho de hablar con los trabajadores”, señala.
“Nos pasó la semana pasada –continuó Salazar– que solicitamos la visita y nos la negaron, igualmente fuimos a la fábrica y logramos sortear la seguridad para poder hablar con los trabajadores y lo que hicieron fue secuestrarlos, los encerraron y no los dejaron hablar con nosotros. Mandaron a los representantes del sindicato amarillo”.
La empresa llegó a llamar a la policía nacional acusando que un coche (el de Salazar) andaba merodeando sospechosamente la zona.
“Felizmente pudimos aclarar todo con el oficial de la policía y no pasó a mayores, pero fue un episodio que dejó claro cómo se maneja esta compañía que cabe destacar no le importa violar el Código Laboral de Panamá y el convenio 87 de la OIT”, finalizó.
Fotos: SITHA