SINDICATOS

Por qué se adhirió al paro

«La exitosa huelga del 10 de abril debe servir para que las actuales autoridades tomen debida nota del sentir de la inmensa mayoría de la clase trabajadora».

Declaración del 33 Congreso General del SATIF
Por qué se adhirió al paro
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Foto: Mabel Alfater
«La exitosa huelga del 10 de abril debe servir para que las actuales autoridades tomen debida nota del sentir de la inmensa mayoría de la clase trabajadora».
«Este Congreso General de Delegados se realiza pocos días después de una huelga general, decretada por tres de las cinco Centrales de trabajadores que hoy existen en el país.
 
El SATIF, que en este último período se ha mantenido independiente de esta insólita división del Movimiento Obrero Organizado, adhirió a la medida de fuerza.
 
Lo hizo porque comparte los reclamos y demandas de las asociaciones sindicales organizadoras.
 
Vale aclarar que en este proceso de atomización de los sindicatos, hay una enorme responsabilidad de la propia dirigencia, siendo hora que hagamos una profunda autocrítica.
 
Pero no es menos cierto que el gobierno no es ajeno a las divisiones producidas en el mundo sindical, quizás con la errónea creencia que es bueno para su proyecto político «dividir para reinar».
 
El actual gobierno ha demostrado, reiteradamente, que se sentiría más cómodo sin sindicatos.
 
Simplemente los soporta, pero no los considera aliados para llevar adelante un auténtico proyecto nacional y popular.
 
Entonces los debilita, operando sobre sus contradicciones y debilidades. Crea un sindicalismo «oficialista» y un sindicalismo «opositor».
 
También es verdad que para el éxito de esta política, contribuye enormemente el desprestigio que tiene en nuestra sociedad la dirigencia sindical, valga la autocrítica.
 
Apoyamos la huelga general del 10 de abril, para manifestar nuestro profundo descontento con el sostenido y creciente proceso inflacionario, que se come nuestro salario.
 
Y para expresar nuestro rechazo a las políticas, de la más extraordinaria ortodoxia neoliberal, que pretenden combatirlo poniendo trabas y techos a las paritarias.
 
Otra vez la vieja receta de hacerle pagar a los trabajadores el costo de ajuste, encorsetando los salarios y subiendo fuertemente las tarifas de los servicios públicos.
 
Esto aumenta la desigualdad social, ya que los sectores más concentrados de la economía continúan apropiándose de un pedazo cada vez más grande la «torta».
 
Bancamos el reciente paro porque resulta insoportable que se aumente la presión impositiva sobre los salarios, mediante el simple hecho de mantener absolutamente desactualizados los mínimos imponibles.
 
Seguramente es posible gravar la renta de otros sectores sociales, para evitar que el salario del trabajador sea considerado una «ganancia». Solo hace falta decisión política.
 
Adherimos a la huelga general porque entendemos que no se hace lo suficiente para combatir la inseguridad, que lejos de ser una «sensación», es una dura realidad que golpea con mayor fuerza los sectores populares y a la clase media.
 
Que haya quienes se aprovechan de esto para atacar al gobierno, no autoriza a negar esta realidad.
 
La exitosa huelga del 10 de abril debe servir para que las actuales autoridades tomen debida nota del sentir de la inmensa mayoría de la clase trabajadora.
 
Todavía hay tiempo para hacer las rectificaciones y cambios necesarios en las políticas vigentes.
 
Jugar a ser sordos o autistas puede resultar muy peligroso.