Eddy es un sobreviviente. En 2017 tuvo un grave accidente laboral. Un camión de carga le pasó por encima ocasionándole múltiples fracturas, pero sobrevivió.
“Fue un milagro”, asegura.
Pasó 8 meses recuperándose. Cuando volvió al trabajo, Chiquita lo reubicó.
“Durante 6 meses me desempeñé como asistente de coordinadores, luego me pasaron al área de montacargas.
Me dolía todo el cuerpo y estaba agotado, pero había que aguantar porque era mi trabajo y mi única fuente de ingreso.
Cuando me dijeron que Chiquita nos había despedido, mi primer pensamiento fue para mi familia, mis hijos. Psicológicamente fue un golpe muy duro”.
Eddy tiene 49 años y le cuesta pensar en su futuro y en el de sus seres queridos.
“¿Quién me va dar trabajo a esta edad y con esta incapacidad? Me pasan muchas cosas por la mente, más que todo por mis hijos y mi mamá que dependen de mí.
Sin trabajo va a ser muy duro. Me acuesto, me levanto y paso todo el día con dolor. De verdad no sé qué hacer”.
Eddy está firmemente convencido de que Chiquita Brands actuó mal y violentó sus derechos.
“No les importó nada y no tuvieron ninguna consideración. Nos tiraron a la calle como bolsas de basura. Que se pongan una mano en el corazón y reflexionen sobre la barbaridad que nos hicieron.
Afortunadamente tenemos el Sintracobal y a la UITA que nos respaldan y nos acompañan.
Vamos a seguir peleando unidos, echando pa’lante”.
En Limón, Giorgio Trucchi | Rel UITA