-¿Cómo evalúas la misión?
-Fueron jornadas muy importantes. Logramos, por ejemplo, conocer los diferentes problemas de las distintas subdirectivas de la región, que ahora nos permite focalizarnos mejor en la búsqueda de soluciones y socializar con los dirigentes los caminos a seguir para superar la crisis.
Por otro lado, nos reunimos con representantes de los principales ingenios y mantuvimos un encuentro muy interesante y provechoso con la doctora Claudia Calero de Asocaña (Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia).
Quedó claro para la misión que la crisis que afecta al sector nos debe llamar a un trabajo conjunto entre los trabajadores y empresarios. Si consideramos que vamos a salir jalando cada uno por su lado, estamos muy equivocados.
También debo destacar que la presencia de la Rel UITA es más que importante para que los trabajadores agrícolas del Valle del Cauca se sientan respaldados y contenidos por la solidaridad de nuestra Regional.
Hasta los mismos empresarios reconocieron la relevancia de su presencia para facilitar el proceso de defensa de la producción nacional y el empleo para aquellos que dependen de la agroindustria del azúcar en la región.
En resumen quiero decir que la gente nos recibió bien y eso nos da fuerza para seguir luchando.
-Estoy convencido de que nuestra mejor carta de presentación ante los trabajadores y empresarios es lo realizado en la región bananera de Urabá…
-Ciertamente.
Ese es un modelo de trabajo concertado que se puede replicar en otros sectores y regiones del país.
La experiencia de diálogo social en Urabá en la prevención y solución de conflictos ha permitido que los empresarios azucareros del Valle del Cauca puedan confiar en nuestro accionar y que podamos desarrollar una agenda de trabajo conjunta para reclamar al gobierno las soluciones que la agroindustria necesita.