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Un informe lo confirma

Más milmillonarios, más pobreza

Ahora los llaman milmillonarios. Son los ricos de siempre, sólo que ahora acumulan más riquezas que nunca antes. Según la última medición de la ONG Oxfam, en el último año su número se multiplicó por dos y su riqueza aumentó 12 por ciento.

La de los más pobres, en cambio, disminuyó en un porcentaje equivalente (11), ante la pasividad de la gran mayoría de los gobiernos, en la opción más benévola, o más bien como producto de la acción concreta de esos gobiernos, que han apostado a “reducir el peso del Estado”.

En los hechos eso se traduce en la disminución de los fondos destinados a programas sociales y en un acceso aún más limitado de los más pobres a servicios públicos como la educación o la salud.

Unas 10.000 personas mueren por día por no poder costearse gastos en salud.

Mientras eso sucede en los países pobres, en el correr de 2018 la riqueza de los “milmillonarios” se acrecentó a razón de 2.500 millones de dólares por día.

Su contribución a las finanzas públicas nunca fue, sin embargo, tan baja como ahora, al menos en las últimas décadas: el tipo impositivo pagado por los “grandes contribuyentes” (empresas o individuos) es hoy el menor de las últimas décadas, en promedio.

El informe, titulado “Bienestar público o beneficio privado”, fue difundido en los días previos a la última reunión del Foro Económico Mundial que se realiza todos los años en la idílica localidad montañosa suiza de Davos y que reúne a los poderosos del planeta.

“Si el 1 por ciento más rico pagase solo un 0,5 por ciento más de impuestos sobre su riqueza podría recaudarse más dinero del necesario para escolarizar a los 262 millones de niñas y niños que actualmente no tienen acceso a la educación, y proporcionar asistencia médica que podría salvar la vida de 3,3 millones de personas”, dice Oxfam.

¿Paradojas?

Esa aparente paradoja en un país rico como Estados Unidos (que un rico pague menos impuestos que un asalariado o un pobre) se da también en países tercermundistas como Brasil, donde, recuerda el informe de la ONG, el 10 por ciento más pobre de la población decida mayor porcentaje de sus ingresos al pago de impuestos que el 10 por ciento más rico.

Hay en el informe un capítulo especial dedicado a América Latina y el Caribe.

De acuerdo a sus datos, en un año los milmillonarios latinos acrecentaron 10 por ciento sus ingresos en un año, unos 36.000 millones de dólares, mientras para el 20 por ciento más pobre (alrededor de 130 millones de personas) lo que aumentaron fueron las deudas.

La extrema pobreza afecta hoy a su vez a más de una décima parte de la población de la región (unas 62 millones de personas), el nivel más elevado desde 2008, mientras que la fortuna acumulada de los milmillonarios vernáculos (unos 414.000 millones de dólares) supera en mucho el PIB de la gran mayoría de los países de la zona.

Estos súper ricos deberían pagar, si el sistema fiscal fuera medianamente justo, un 28 por ciento en impuesto sobre la renta, pero pagan menos de 5.

“Con el dinero que las empresas dejan de pagar cada año por beneficios fiscales en el impuesto sobre la renta, se podría contratar a 93.000 médicos en Guatemala o 349.000 en Brasil, construir 120.000 viviendas en República Dominicana o 70.000 en Paraguay, y contratar a 94.000 docentes en Bolivia o 41.000 en El Salvador”, señala el documento.

Siempre las mujeres

La brecha de género en materia de ingresos es hoy mayor en el mundo que lo que era el año pasado: los hombres acumulan 50 más de riqueza que las mujeres y controlan más del 86 por ciento de las grandes empresas.

En América Latina, “las mujeres dedican 38 horas semanales al trabajo de cuidados no remunerado, mientras los hombres dedican 16 horas. En comunidades rurales de Colombia, las mujeres dedican en promedio 14 horas diarias a cuidar de sus familiares”.

“Si una única empresa se encargase de realizar el trabajo de cuidados no remunerado que llevan a cabo las mujeres de todo el mundo, su facturación anual ascendería a 10 billones de dólares, 43 veces más que la de Apple, la mayor empresa del mundo”, ejemplifica Oxfam.

Tiempo atrás, el “milmillonario” estadounidense Warren Buffet, un famoso gurú de las finanzas globales, reconoció que él pagaba bastante menos en impuestos que su secretaria.

Buffett, accionista de Apple, entre otras muchas empresas, proponía un aumento de los gravámenes a los más ricos, no por convicciones de justicia social sino como “acto de lucidez”: para salvar al capitalismo, compañeros, les decía a sus congéneres, y démosles un poco más de lo que nos sobra a los pobres, evitando que se subleven y nos saquen todo.