-Además de los avances que Sintrainagro registra con las trabajadoras bananeras en Urabá, se ha fortalecido también el espacio de género en otros sectores. Cuéntanos un poco sobre esa tarea.
-Efectivamente venimos realizando un trabajo en la Palma Africana en específico en la zona de San Alberto, Departamento del Cesar donde hay muchas mujeres trabajando y donde las condiciones laborales son muy precarias.
El año pasado cuando pude ir a Cesar para una reunión con las trabajadoras de la palma pude constatar por el relato de las compañeras, que las empresas llevaban hasta tres quincenas sin pagarles los salarios, bastante magros por cierto, y que además tenían que conseguir por su cuenta las herramientas que deben usar en la cosecha, pagarse el transporte, entre otras cosas lo que reduce lo que ganan.
Ganan 16 dólares por día que con los descuentos que les hacen quedan entre tres y seis dólares diarios porque por otra parte tampoco cotizan a la seguridad social, si quieren hacerlo deben pagar ellas.
A pesar de todas las dificultades que enfrentan, son mujeres fuertes que buscaron en Sintrainagro asesoramiento para mejorar sus condiciones laborales y de vida.
Este próximo mes de marzo, volveré a la región para una nueva reunión y con nuevas pautas de trabajo a realizar.
En una primera etapa capacitarlas para que comiencen el proceso de empoderamiento y luego puedan enfrentar, con otras armas, el machismo que sufren, la discriminación pero también para que puedan reivindicar sus derechos como obreras.
-¿La discriminación y el machismo son expresiones fuertes en ese sector?
-Mucho. Y se manifiesta a través de acoso laboral y sexual además de una discriminación explícita en cuanto a la participación de las mujeres en instancias sindicales también.
En el foro internacional que realizamos con el sindicato en octubre del año pasado, solicité que los compañeros dirigentes se encargaran de llevar el máximo número de trabajadoras y fueron apenas tres.
Ahí tienes una de las grandes barreras que debemos enfrentar a la hora de realizar nuestra tarea.
-¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan las mujeres trabajadoras de la agroindustria en general?
-Sin dudas el machismo, que está profundamente arraigado en nuestra sociedad, la discriminación porque son madres no les dan empleo y cuando les dan, se enfrentan con el acoso sexual que es más común de lo que se cree y bastante complejo.
cargos de dirección
-¿Y los desafíos, cuáles son?
-Como lo mencionaba empoderar a las compañeras de sus derechos y dotarlas de capacidades para que luego los defiendan.
Por otro lado, crecer en número y calidad. Las compañeras con cargos de dirección somos muy pocas todavía y ese es nuestro gran desafío, demostrar que podemos ocupar otros espacios pero para eso tenemos que trabajar juntas, y estar unidas, tarea que tampoco es sencilla.
Otro mensaje que me gustaría dejarles es que se capaciten, que se involucren en los procesos de sus organizaciones porque de lo contrario no van a poder acceder a donde quieren estar.
-Eres secretaria general del mayor sindicato del país, siendo la más votada, sin embargo noto que siempre tienes que dar pruebas de tu capacidad. ¿Eso es así?
-Sí, es muy cierto. Por ejemplo si uno de los compañeros se toma un tiempo y se queda a descansar, tirados en una red, no pasa nada, pero si lo hiciera yo tendría todas las miradas inquisidoras sobre mí.
Sin dudas que durante todos estos años como dirigente, más de una vez quise tirar la toalla pero luego, al participar en estas instancias, en compartir experiencias con otras personas renuevo la energía en la lucha.
Estos seminarios, como este de 3F, animan a la reflexión, sobre todo en temas colectivos, que nos superan como individuos y ahí es cuando uno se da cuenta que tiene que seguir porque la lucha no es individual sino colectiva, de todos y todas.
Se tendrá que entender de una bendita vez, que fortaleciendo a las mujeres se fortalecen los sindicatos.
En Cartagena, Gerardo Iglesias