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En Río Grande do Sul las abejas mueren por millares

Un atentado contra la soberanía alimentaria

Las abejas están siendo exterminadas como moscas en el sur de Brasil como consecuencia del uso masivo del agrotóxico fipronil en el tratamiento de los cultivos de soja.

En el estado de Rio Grande do Sul, han muerto 80 por ciento de esos insectos, de acuerdo a datos de la Cámara Sectorial de la Apicultura citados por el Canal Rural.

El ingeniero agrónomo Aroni Sattler denunció 30 episodios de exterminio ocurridos en 2018 causados por el empleo del insecticida fipronil.

“Es un problema que se ha ido agravando en los dos últimos años, sin que exista fiscalización alguna” de parte de las autoridades competentes, comentó Aldo Machado, coordinador de la Cámara Sectorial de la Apicultura.

La pérdida para los apicultores es enorme: 810 reales (unos 215 dólares) por colmena, de acuerdo a cálculos de la Universidad de Santa María.

En el municipio gaúcho de Santiago, se estima que se han perdido unas 200 colmenas y en Cruz Alta el exterminio sería aún mayor: mil colmenas.

Productores de miel de la ciudad de Mata, también en Rio Grande do Sul presentaron denuncia a la Policía Civil por la pérdida de 300 colmenas. El hecho se está investigando en conjunto con la Patrulla Ambiental.

Según el comisario a cargo del caso, una vez identificado el o los responsables, se iniciará un proceso penal.

Todos estos casos motivaron que diversas organizaciones -entre ellas el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos-, conjuntamente con expertos universitarios y de la Embrapa* se plantearan formar una organización denominada APISBio que dará seguimiento a los casos ocurridos y denunciará penal y públicamente los efectos nocivos de los agrotóxicos.

El año pasado el gobierno brasileño aprobó el denominado paquete del veneno que flexibiliza las normas para ingreso, comercialización y aplicación de los agrotóxicos en el país. (http://www.rel-uita.org/brasil/promotores-del-veneno/ )

Prohibido en Europa

El caso brasileño tiene antecedentes en Europa.

A fines de los años 1990 se dieron los primeros colapsos de colmenas en países como Francia, Alemania y el Reino Unido, posteriores estudios comprobaron la incidencia del fipronil en la muerte de miles de abejas, una situación que llevo a que en 2013 la Unión Europea prohibiera su uso.

Tardaron más de 20 años. ¿Algo lentos no?

En Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el mismo agrotóxico fue causante de la muerte de más de un millón de abejas el año pasado.

“El problema mayor es que los productos a base de fipronil están siendo empleados en la fase de floración del cultivo de soja, las abejas colectan el néctar contaminado y retornan a sus panales. El fipronil mata por contacto e ingestión”, señaló Machado, que también es apicultor.

Un informe del Comité de Agricultura del Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) recordó que las abejas son “unas fieles aliadas de la soberanía alimentaria mundial”.

Un tercio de los alimentos que consumen los seres humanos son polinizados por insectos, sobre todo por abejas, indicaba el documento, que alertaba sobre las consecuencias desastrosas que acarrearía la desaparición de estos antófilos.

Veremos que hace la FAO además de estas advertencias.


 
*Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria.