DERECHOS HUMANOS

Nuestro “Clavel Negro”

Harald Edelstam, diplomático sueco destacado en Chile en el momento del golpe de Estado de Pinochet, fue de esas personas a las cuales todos y todas hubiésemos querido conocer

Con Jair Krischke 
Nuestro “Clavel Negro”
Ejemplo de vida y de lucha
Harald Edelstam[1], diplomático sueco destacado en Chile en el momento del golpe de Estado de Pinochet, fue de esas personas a las cuales todos y todas hubiésemos querido conocer. No por su “fama” o su carisma, sino por su ejemplo de vida, su profundo sentido humanitario, su valentía política. Dialogamos con el presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH) Jair Krischke, quien mucho sabe de estas cosas, para conocer por qué la ciudad de Porto Alegre homenajeará el diplomático sueco.
-¿Qué relación tiene Porto Alegre con Edelstam?
-Hemos firmado un Convenio  con el intendente de Porto Alegre, Jose Fortunati, para un programa que desarrollamos llamado “Huellas de la memoria” mediante el cual vamos a señalizar los locales que usó la represión militar en los años de plomo.
 
En este marco, propusimos un merecido homenaje al ex embajador sueco en Chile, Harald Edelstam, ya que en los días posteriores al golpe de estado de Augusto Pinochet él salvó muchas vidas, incluyendo la de unos cuantos brasileños y brasileñas, varios de los cuales eran de Porto Alegre.
 
Cuando le sugerimos la idea, que elaboramos conjuntamente con la Rel-UITA, el intendente aceptó de inmediato, y se ha convenido designar una plaza de la ciudad con su nombre.
 
-Según algunos testimonios, Edelstam incluso arriesgó su propia vida…
-Por supuesto. Por ejemplo, la embajada de Cuba en Santiago sufrió un violentísimo ataque de los militares gorilas que no dudaron en ametrallar la casa con más de 100 personas dentro, entre ellos muchos brasileños.
 
Harald se apersonó allí y esgrimiendo su condición de diplomático sueco logró traspasar el cerco militar e ingresar a la embajada. Una vez dentro, subió al primer piso, arrió la bandera cubana e izó la sueca. Entonces, enfrentó a los militares que rodeaban al predio y les dijo que a partir de ese momento la embajada era territorio sueco, advirtiéndoles que cualquier agresión tendría graves consecuencias.
 
Inmediatamente empezó a negociar para sacar a toda la gente de allí y llevarla a Suecia. Lo mismo hizo con una gran cantidad de personas que habían encontrado refugio en la propia embajada sueca.
 
-Tengo entendido que hasta hoy surgen informaciones acerca de las numerosas gestiones que realizó Edelstam ante los militares chilenos para salvar a personas detenidas…
-Hay datos que hemos recibido muy recientemente. Harald logró sacar a 40 uruguayos que estaban prisioneros en el Estadio Nacional, escenario de centenares de fusilamientos sumarios.
 
Uno de los referentes de ese grupo -en su mayor parte integrado por Tupamaros- era Julio Baraibar,  actualmente Embajador Itinerante del Presidente José “Pepe” Mujica.
 
La información asombrosa que hemos confirmado hace muy poco tiempo es que Harald habría estado relacionado con la liberación de José Serra, que en su juventud fue presidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Brasil, candidato a la Presidencia en las elecciones pasadas además de haber sido Intendente de Sao Paulo y gobernador de ese estado.
 
En aquellos años Serra estaba exiliado en Chile como consecuencia de la persecución de la que era objeto en Brasil. Allá se casó con una chilena y formó su familia.
 
Inmediatamente después del golpe de Estado, y amparándose en su doble nacionalidad brasileña-italiana, con documentos europeos, pretendió viajar hacia Italia. Pero fue detenido por los militares en el aeropuerto y conducido al Estadio Nacional. 
 
Cuando hacía varios días que se encontraba allí, el responsable de esa cárcel a cielo abierto, mayor Mario Lavanderos, lo llamó y le comunicó que podía retirarse, pero que debía presentarse al día siguiente a las 8 de la mañana para “prestar declaraciones”. Aún desconcertado, Serra salió caminando de allí directamente a refugiarse en la embajada de Italia
 
Hace un par de días recibí un mail de Jose Serra relatándome algo que nadie sabía: cuando ya estaba en la embajada italiana recibió la visita de Harald, que acudió a verlo y a saber si estaba bien, si necesitaba algo. Cuando Serra comenzó a contarle su caso, Edelstam lo detuvo y le dijo que ya estaba al tanto de todo, que conocía muy bien su situación.
 
-¿Y cómo la conocía?
-Esto es lo extraordinario, porque ahora se sabe -como fue relatado en el filme “Clavel Negro”- que Harald jugó un papel esencial en la liberación del grupo de 40 uruguayos del Estadio Nacional. Según los testimonios que aportan los protagonistas del hecho, el mayor Lavanderos aceptó dinero a cambio de liberar a algunos prisioneros. Harald se habría ocupado de esa transacción, e inclusive de conseguir el camión en el cual huyeron los 40 uruguayos.
 
Probablemente también intervino en la “mágica” liberación de José Serra, aunque ese misterio aún no está completamente develado.
 
Es conmovedor ir conociendo aún hoy gestos de una gran valentía y humanidad de Edelstam que permitieron salvar tantas vidas.
 
A tal punto se volvió incómodo para la dictadura que Pinochet lo terminó declarando persona non grata y lo expulsó del país.
 
-¿En qué consistirá concretamente este homenaje?
-Se le dará su nombre a una plaza de la ciudad. Ya sabemos donde será, pero hasta no tenerlo totalmente confirmado no es bueno adelantar nada.
 
Podemos decir que será un espacio de 1.200 metros cuadrados en las proximidades del nuevo estadio del club de fútbol Gremio. Una zona nueva, popular, bien planeada urbanísticamente. Será un hermoso lugar.
 
 
sello harald edelstam-2b-610
Foto: Rel-UITA
(Sello conmemorativo del Correo Uruguayo)