“Este es un fenómeno que se instala debido a la crisis social y política en el triángulo norte de Centroamérica, es decir en Honduras, El Salvador y Guatemala.
Nadie que esté bien se quiere ir de su país. Se van porque no tienen otra opción”, señala el dirigente.
Luch agrega que las condiciones de vida en esa región, en especial en Honduras, no son dignas.
“Los hermanos hondureños marchan huyendo de la extrema pobreza en la que está sumido el país, la falta de oportunidades para tener un empleo digno y la consecuente violencia que crece debido a altos niveles de desigualdad social”, dice.
Stecsa fue una de las organizaciones sindicales que se acercó a la Casa del Migrante en la Ciudad de Guatemala para ofrecer su solidaridad con los miles de migrantes que van llegando en tránsito por el país.
“Fue impactante ver a tantos hermanos y hermanas llegando con sus pies en llagas por la larga caminata, niños pequeños, ancianos, gente que se va porque la extrema pobreza los empuja, porque no tienen forma de mantener una vida digna en su país”, lamenta Luch, secretario de conflicto del Stecsa.
El dirigente señaló además que hay una sensación de impotencia ante la crisis humanitaria que se vive en la región y que la respuesta que dieron los gobiernos se limitó a una reunión entre Jimmy Morales y Juan Orlando Hernández en la que acordaron garantizar una operación de retorno segura.
“Dice el presidente de Honduras que ofrecerá microcréditos y otras cosas a sus ciudadanos y ciudadanas a partir de ahora. Si es realmente así, cabe preguntarle por qué no lo hizo antes. Seguramente lo que sucede es que temen las represalias económicas que viene proclamando Donald Trump”, analiza.
Para Luch la caravana de migrantes ha dejado un mensaje claro: que son necesarios cambios de fondo, estructurales, en todos estos países. Estamos a la puerta de un gran estallido social.