-Muy complicada la situación de la industria azucarera en el Valle del Cauca.
-Estamos pasando por un momento crítico. Difícil competir para las empresas nacionales cuando entra azúcar y etanol de otros países sin pagar aranceles como consecuencia de los Tratados de Libre Comercio y de aquí sale al extranjero con hasta el 100 por ciento de aranceles.
Las empresas, a su vez, sobre todo las más grandes, han tomado la determinación, para “resarcirse” por las importaciones, de proceder a despidos unilaterales y sin justa causa.
Se despide en particular a trabajadores de larga data, con más de 30 años de antigüedad.
El Ingenio Manuelita, por ejemplo, despidió a más de cien trabajadores, entre operativos y administrativos. También el Grupo Castilla y el ingenio Cabañas han echado gente.
Manuelita, la empresa más antigua del sector, nunca había despedido gente a pesar de todas las crisis.
Los trabajadores, en definitiva, estamos pagando los platos rotos.
-¿Cómo van a enfrentar este problema?
-Estamos hablando con las tres centrales obreras para hacer gestiones, pedir entrevistas con el presidente de la República y el ministro de Agricultura.
Si las cosas siguen así vamos a tener que activar medidas muy serias en defensa del empleo y para que el gobierno entienda que si la industria azucarera quiebra, miles de familias ingresarán en la extrema pobreza porque lo único que aquí hay en el Valle del Cauca es caña de azúcar.
En Cali, Gerardo Iglesias