-En medio de tantas dificultades que hay en el país, ¿han logrado avances los trabajadores y trabajadoras del azúcar?
-Avanzamos sobre todo en materia de contrataciones colectivas. También estamos promoviendo espacios de diálogo social que permitan contrarrestar las violaciones que todavía se dan en la industria.
Avanzamos por ejemplo en las negociaciones en la Compañía Azucarera Hondureña (Grupo Cahsa), donde logramos el reconocimiento del salario mínimo a los trabajadores, pero todavía hay muchas dificultades en ese plano en la Compañía Azucarera del Norte (Azunosa) y la Compañía Azucarera de Chumbagua (SER).
En estos últimos casos los trabajadores son contratados por empresas tercerizadoras, que se llevan el dinero de los obreros.
-El Ministerio, ¿ayuda o complica las cosas?
-Hemos tenido muy poco apoyo por parte de la Secretaría de Trabajo.
Lastimosamente la ley en Honduras está cooptada. Da pena pero es la realidad.
–En Colombia el sector azucarero ha hecho un frente común entre trabajadores y organizaciones que defienden la seguridad y la soberanía alimentaria. Junto reclaman protecciones al sector de la importación de azúcar y edulcorante, sobre todo de Estados Unidos, por el TLC. ¿Te parece que eso se podría replicar en Honduras?
-Para nosotros experiencias así son sumamente importantes.
En Honduras dependen del azúcar unos 24.000 trabajadores.
Nosotros estamos promoviendo espacios de diálogo para defender al sector. Esas experiencias nos sirven.
El azúcar a Honduras entra disfrazado, desde Guatemala. Aquí lo envasan de forma pirata, utilizan el logo de una empresa cualquiera y lo llevan al mercado, y eso desestabiliza también a las empresas formales.
-¿Cómo ven este espacio que se genera con la USTABH?
-La Unión Sindical de Trabajadores de la Alimentación y Bebidas de Honduras, es un espacio que nos ha permitido acumular fuerzas.
Tenemos tres centrales y no todas están jalando para el mismo lugar. Nosotros estamos intentando hacer propuestas para beneficio de todos los sindicatos, para el fortalecimiento mutuo y el trabajo en conjunto.
En Tegucigalpa, Gerardo Iglesias