En octubre de 2016, Nestlé inauguró con bombos y platillos en Ocotlán, Jalisco, lo que llamó la inversión más alta en México en los últimos años.
“En el marco de la celebración de los 150 años de la compañía a nivel mundial y de nuestros 86 años en México, nos sentimos muy honrados de poder inaugurar Nestlé Nantli, fábrica especializada en nutrición infantil”, dijo por entonces Laurent Freixe, jefe de la Zona Américas de la transnacional suiza.
“Estos 245 millones de dólares son la inversión más alta que Nestlé ha realizado en México en un solo proyecto de infraestructura, lo que deja claro el compromiso que tenemos como compañía con el país, con su gente y con nuestros consumidores”, enfatizó.
En la planta se producen productos especializados para nutrición infantil cómo NAN, Good Care, Good Start, Nidal y Nestogeno.
En el corte de cinta participaron autoridades nacionales y regionales, entre ellas el presidente Enrique Peña Nieto, y altos ejecutivos de la compañía, incluido Heiko Schipper, CEO mundial de Nestlé Nutrición, y Marcelo Melchior, presidente ejecutivo de Nestlé México.
El 6 de junio pasado la moderna planta volvió a ser el centro de atención, cuando la empresa citó al sindicato a la Secretaria del Trabajo en Ciudad de México para informarle que ya no podría seguir pagando la nómina, supuestamente porque ya no tenía utilidades.
Entre otras cosas argumentó que la tasa de natalidad en México había disminuido y en consecuencia también el número de niños que consumían sus productos.
Desde agosto de 2017 la empresa no solo producía para el mercado latinoamericano. También exportaba productos a 5 países de África y proyectaba hacerlo para Estados Unidos y Asia.
“Nosotros le demostramos a la empresa que no era cierto lo que decía”, dijo a un medio local el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Nestlé Ocotlán, Sergio Ernesto Águila Pérez.
La mentira quedó en evidencia cuando el 29 de junio la empresa despidió a sus 219 trabajadores y trabajadoras y al volver del fin de semana unos 120 fueron llamados nuevamente a laborar.
Con otra enorme diferencia: ya no se regirían por el Contrato Colectivo de Trabajo anterior sino por contratos individuales que reducen las prestaciones laborales y salariales.
Una típica farsa empresarial que el sindicato está denunciando.