“La huelga ha sido exitosa. Paralizamos todas las plantas de Backus AB Inbev2 a nivel nacional. En Motupe hubo tomas de carreteras y en Lima marchamos hasta la embajada de Brasil”, dijo a La Rel Luis Saman Cuenca, secretario general del Sindicato Nacional Backus.
“Luego nos dirigimos hacia las instalaciones del Ministerio del Trabajo, donde denunciamos las violaciones que hemos estado sufriendo desde que AB Inbev adquirió la empresa”.
La organización obrera, que aglutina a unos 950 trabajadores, acusa a la patronal de estar implementando políticas y prácticas antisindicales que no solamente vulneran la legislación nacional y la convención colectiva sino también los convenios internacionales ratificados por Perú.
En particular lamenta que, de haber recientemente suscrito un nuevo convenio colectivo, Backus AB Inbev pretenda ahora imponer en la planta de Motupe una jornada laboral atípica de 56 horas por siete días, con tres domingos consecutivos laborales y uno de descanso.
Además, el sindicato alerta sobre la actitud hostil y persecutoria de la transnacional de capital belga-brasileño hacia dirigentes y afiliados.
“Desde que AB Inbev vino a Perú no ha dejado de intentar terminar con el sindicato. Por estar denunciando que la empresa viene atropellando derechos, varios dirigentes fueron temporalmente suspendidos y hay una constante amenaza de despido”, manifestó Saman.
Los trabajadores rechazan también el recorte drástico de sus utilidades.
“En 2017 las utilidades de la empresa crecieron 84 por ciento, pero a los trabajadores les están pagando 50 por ciento menos que el año pasado. ¿Cómo es posible?”, se preguntó el dirigente sindical.
Finalmente, el Sindicato Nacional Backus lamentó que la transnacional no quiera convocar a licitación por una nueva concesionaria de alimentos.
Esto a pesar del pésimo servicio que brinda actualmente la empresa Newrest Perú SA.
“Todos nuestros afiliados llevan dos meses rechazando el servicio de esta empresa por la mala calidad de sus alimentos. Es un atentado a la salud de los trabajadores, quienes, además, tienen que pagar el 50 por ciento del costo del servicio”, explicó Saman.
Desde que adquirió UCP Backus y Johnston SAA, la transnacional cervecera comenzó a implementar procesos de segregación del patrimonio de la empresa y un nuevo plan financiero para reducir costos.
Estos procesos implicaron fuertes recortes de personal e integración de plantas, afectando la repartición de utilidades entre los trabajadores y fomentando la tercerización de servicios brindados.
El Sindicato denuncia que estas políticas han llevado al despido de unos 1.500 trabajadores.
“AB Inbev ha estado mandando cartas a los trabajadores amenazándolos con suspenderlos y hasta despedirlos si participaban a la huelga. Ya hemos denunciado el hecho ante las autoridades del trabajo y estamos listos para radicalizar la protesta”, dijo el secretario general del Sindicato Nacional Backus.
“Si la empresa sanciona a nuestros afiliados vamos a una huelga nacional indefinida”, advirtió.
La protesta contó con el apoyo de varios congresistas, entre ellos Indira Huilca, Hernando Ceballos y Marco Arana.
Actualmente, Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston S.A.A. (Backus AB InBev) emplea a unos 4.000 trabajadores, cuenta con siete plantas de producción, 42 distribuidoras y unos 180 mil puntos de venta en todo el país.
1- Sindicato Nacional de Obreros de Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston S.A.A.
2- Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston S.A.A. tiene siete plantas: Ate y Maltería (Lima), Motupe, Arequipa, Cusco, San Juan (Pucallpa) y San Mateo (Huarochirí)