El proyecto modifica la ley 27986, que regula el trabajo doméstico en Perú y otorga a quienes lo ejercen menos derechos que al resto de los trabajadores y trabajadoras del país: 15 días de vacaciones tras un año de labores continuas, cuando los demás tienen el doble; 50 por ciento de pago extra en fiestas patrias y Navidad, la mitad que a los demás.
“Otro aspecto que queremos que se modifique en la ley es lo referido a nuestro sueldo, porque ganamos por debajo del mínimo y en provincia la situación es peor”, dijo Ochoa.
“En el proyecto señalamos que las trabajadoras del hogar deberíamos ganar el sueldo mínimo (265 dólares), que se especifique el trabajo de 8 horas efectivas y se amplíe el número de días de vacaciones”.
También pretenden contar con un contrato por escrito. “La actual ley dice contrato verbal o escrito, pero no nos sirve cuando vamos al Ministerio de Trabajo a hacer alguna denuncia”.
Macassi explicó que las trabajadoras del hogar iniciaron un proceso para “convencer” a congresistas de que hagan suya la propuesta, y lograron que la bancada del Frente Amplio la suscribiera.
La parlamentaria de ese partido Indira Huilca desplegó especial esfuerzo para colocar el debate en la Comisión de Trabajo del Congreso. Las trabajadoras del hogar fueron citadas al menos cuatro veces, pero el proyecto solo fue tratado en una de las sesiones.
Si bien el proyecto de ley cuenta con un pre dictamen favorable, aún debe ser aprobado por la Comisión para que pueda ser posteriormente debatido en el pleno.
Para Macassi, la renuencia por parte de la dirigencia política y los gremios empresariales a reconocer el derecho de las trabajadoras del hogar a ganar al menos el salario mínimo legal obedece al predominio de “una cultura racista, clasista, en nuestras sociedades, que legitiman la discriminación de este sector laboral”.
“La idea de la existencia de la servidumbre aún persiste en nuestro entorno, por lo que se registra una resistencia al reconocimiento de los derechos básicos de las trabajadoras del hogar”, indicó.
“Nos quieren tener calladitas y en la informalidad”, apuntó por su lado Ochoa. “Dicen que nuestro trabajo es eventual. Les hemos explicado que laboramos en una casa varios años. Si hubiera un contrato escrito habría más control y vigilancia de los derechos de todas las trabajadoras de hogar”.
Macassi destacó el papel de la Rel-UITA en la defensa de los derechos de estas trabajadoras.
“Es quizá la única organización que apoya de manera permanente la lucha de las trabajadoras del hogar, propiciando la formación de sus lideresas y abogando ante las autoridades, así como ante las centrales sindicales, para que hagan suya esta propuesta”, dijo.
Ochoa señaló que “la Rel-UITA siempre apostó por una red de trabajadoras del hogar y hemos andado juntas desde 2008”.
En 2012, cuando se fundó la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar, la UITA también estuvo allí.
“Por eso nuestro agradecimiento: por habernos acogido, por capacitarnos y apoyarnos y por todo lo que se ha hecho por difundir el Convenio 189 de la OIT.
Nosotras también somos UITA”.
Ivonne Macassi | Fotos: Julia Vicuña