Desde hace tiempo el mercado común europeo viene exigiendo algunas certificaciones para adquirir productos brasileños.
Entre estos productos se encuentra el azúcar, la Feraesp representa a los trabajadores que laboran en el cultivo de la caña, desde la plantación a la cosecha.
“Una certificadora muy reconocida es la inglesa Bonsucro. Por lo tanto, muchas usinas azucareras buscan obtener esta certificación para poder ingresar a los mercados europeos”, informa Carmo.
Pero para obtenerla las empresas deben cumplir con una serie de requisitos que comprueben que el azúcar que producen lo hacen de forma sustentable, es decir respetando el ambiente; las normas de salud y seguridad; la libertad sindical y los convenios colectivos.
“Como esta situación ideal difícilmente se cumple en la mayoría de las usinas azucareras, conjuntamente con la organización Azúcar Ético comenzamos a realizar una investigación en todas aquellas empresas que estaban certificadas por la Bonsucro, donde se constató diversas irregularidades”, apuntó.
“Hay casos como el de una azucarera de Mato Grosso do Sul que debe millones a la Previsión Social y esto demuestra el poco interés que tiene para con sus trabajadores pues no realiza los correspondientes aportes a la seguridad social, por lo cual no debería contar con la certificación”, señaló el asesor.
Según declaró Carmo, la Feraesp está realizando esa tarea de investigación en todas las usinas que cuentan con certificación.
“Sabemos por medio de nuestros afiliados que sus derechos son violados sistemáticamente y por esa razón estamos denunciando a nivel internacional que muchas de estas certificaciones no son lo que parecen”, denunció.
“En Brasil acostumbramos decir cuando algo es falso o engañoso –continuó– “es para que lo vea un inglés, jugando con el origen de esta compañía”.
Luego de esta investigación, el Ministerio Público de Trabajo elevó una denuncia formal ante la Comisión Europea sobre Bonsucro, alegando que no puede oficiar como tal pues no toma en consideración las condiciones que deben cumplir las empresas para merecer el sello certificador de azúcar ético.
“La certificación tuvo gran éxito en Brasil, donde 43 usinas fueron certificadas desde su lanzamiento en 2011”, apuntó Carmo.
“Sin embargo, lo que visualizamos en este informe es que al menos 18 de esas usinas, fueron simultáneamente investigadas por las autoridades públicas de Brasil por violaciones laborales y ambientales y efectivamente consideradas culpables. De este modo, la certificación no ofrece ninguna garantía de cumplimiento legal”, concluyó.