Curuguaty

¿A quién benefició la masacre?

Curuguaty
 
¿A quién benefició la masacre?
Marina Kue, todavía impune
20140218 Curuguaty-610
Foto: cosecharoja.org
Pasan los meses y todavía no se sabe quiénes fueron los culpables de la masacre en Marina Kue (Curuguaty), el 15 de junio de 2012, en la que murieron 17 personas. Lo que sí se sabe es que benefició a los sojeros y a una parte de la dirigencia política de Paraguay.
La matanza tiene tres aspectos:
 
El primero es el social, porque se produjo tras la ocupación por campesinos de tierras fiscales, que los herederos del estanciero Blas Riquelme reclaman como privadas, sin poder demostrarlo con documento alguno.
 
El segundo es el judicial. Hubo muchas muertes y muchos heridos y detenidos y la justicia sigue callando, por miedo a publicitar su tesis, que la enfrentaría a una mayoría de ciudadanos en todo Paraguay.
 
Y está el aspecto político, que no se suele tocar y que es esencial en una investigación.
 
¿A quién favoreció esta masacre tan horrenda?
 
A  los policías, ciertamente no, pues tuvieron seis muertos y varios heridos.
 
A los campesinos, todavía menos. Once muertos son muchos. El número de heridos no lo sabemos, pues tuvieron que esconderse para no ser torturados y presos. Sabemos que dos de ellos fueron ultimados cuando ese mismo día los encontraron escondidos y moribundos.
 
Ciertamente sí favoreció la matanza de Marina Kue a los sojeros, nacionales y extranjeros, que temían perder sus tierras malhabidas.
 
Después de este crimen colectivo gozaron de meses de tranquilidad. La masacre infundió miedo y esto vino bien a sus intereses.
 
Marina Kue favoreció también a una parte de la clase política que a la semana estaba usando la masacre como argumento para dar el golpe que sacaría del gobierno al presidente legal y legítimamente designado por el pueblo, Fernando Lugo.
 
Favoreció incluso a los actuales gobernantes, a los que dio ocasión para una trama política que les permitió acceder al poder.
 
Y también ayudó a los que nos quisieron sacar del Mercosur para meternos en la Alianza del Pacífico.