En octubre y noviembre pasado, en las fincas propiedad de Chiquita Brands Costa Rica SRL, varios trabajadores denunciaron que, mientras desempeñaban sus tareas, se fumigaba con avionetas las plantaciones de banano. Cinco meses después la situación es todavía peor.

“Un grupo de trabajadores de finca Cañaveral me acaba de llamar para denunciar que fueron nuevamente rociados por una avioneta que esparcía químicos sobre la plantación”, dijo Carlos Quiroz, secretario general del Sitrachiri¹.

Finca Cañaveral, ubicada en el municipio de Talamanca, pertenece a la empresa Chiriquí Land Company, subsidiaria de Chiquita Brands Costa Rica (Chiquita Brands Int).

Una situación muy similar a la que ya denunciaron las y los trabajadores de finca Superamigos, en Sixaola, municipio que como Talamanca es fronterizo con Panamá.

En ambas fincas la inmensa mayoría de la mano de obra tiene nacionalidad panameña y pertenece a la etnia Ngöbe-Buglé.

El desprecio por la dignidad humana mostrado repetidamente por Chiquita Brands ha sido denunciado nacional e internacionalmente por Sitrachiri, Fentragh, UAS y por la Rel UITA².

“Lamentablemente esta práctica se está haciendo muy habitual en las fincas de Chiquita. Con la salud de los trabajadores no se juega. Esto es muy serio, muy grave y debemos seguir denunciando”, manifestó Quiroz.

Maikol Hernández, secretario general de Fentragh, aseguró a La Rel que para Chiquita ese tipo de atropello se está volviendo una costumbre muy peligrosa. Además, parece gozar de total impunidad.

“Desde la Fentragh hemos denunciado de manera sostenida estas prácticas vergonzosas. Para nosotros es un tema prioritario”, subrayó Hernández.

“Ya nos estamos articulando con varias organizaciones para documentar y denunciar todos los casos posibles.

Desafortunadamente parece que las mismas autoridades estén permitiendo todo esto”, concluyó.