El 10 de enero de 1944, repartos nazis de las SS (Schutzstaffel) irrumpieron en la empresa “Ercole Comerio”, en el norte de Italia, para acabar con una huelga iniciada meses antes por los trabajadores que exigían aumentos salariales, ropa, zapatos y alimentos.

La empresa textil, ubicada en la ciudad de Busto Arsizio, había sido obligada a reconvertirse hacia la producción de material bélico. Junto a la planta siderúrgica “Franco Tosi” representaba un símbolo de la fuerza del movimiento obrero en la Italia septentrional.

Cinco días antes, las SS habían realizado una redada en la Tosi, deteniendo a más de ochenta obreros y deportando a ocho de ellos hacia el campo de concentración de Mauthausen (sólo uno sobrevivirá).

En la Comerio fueron detenidos siete trabajadores, seis de los cuales también fueron deportados [1]. Tres lograron regresar, uno de ellos fallecerá a los pocos días de su liberación.

Todos los obreros capturados y deportados integraban los Comité Internos de las dos fábricas [2], señal que el objetivo de los nazis era romper el estrecho vínculo entre los Comité ─fervientes defensores de los derechos laborales y sindicales─ y las trabajadoras y trabajadores.

En la conmemoración de las gestas valientes de centenares de obreros y obreras que se opusieron a la arrogancia nazi, tomó la palabra el padre Luigi Ciotti, ya fundador de Grupo Abele y de la Asociación Libera, empeñada en la lucha contra las narcomafias.

La importancia de la memoria proactiva, la solidaridad responsable, la lucha contra el individualismo desenfrenado, la precarización laboral, la pobreza y la exclusión social, así como el empeño constante contra todas las guerras fueron sólo algunos de los temas abordados con ímpetu por el religioso.

Foto: Varese News

“En este día revivimos las secuelas de una herida abierta y profunda que aún nos sacude. Las guerras siempre son errores y horrores y quien las sufre es deshumanizado”, dijo Ciotti.

El reconocido activista lamentó que actualmente hay 56 conflictos armados activos en el mundo.

“Frente a dicha deshumanización se necesita un suplemento de humanidad. La memoria viva de lo que se sufrió, la indignación ante lo que se sigue sufriendo, deben transformarse en compromiso, responsabilidad y acción”, aseveró.

El religioso invitó a no quedar pasivos e insensibles ante el llamado de ayuda de las poblaciones migrantes, las condiciones en las cárceles, las muertes en el trabajo, la precarización y explotación laboral.

“No nos olvidemos de la resistencia de ayer y hagámosla nuestra para resistir hoy. Aquel deseo de libertad ha sido traicionado y el bien común se ha convertido en bien individual.

El individualismo, el egoísmo y el odio se expanden ─continuó Ciotti─ y nosotros debemos recordar que la libertad pasa por el compromiso de hacer libres a quienes no pueden serlo.

Quien es pobre, quien no tiene trabajo, no tiene acceso a la salud, quien es discriminado, no es libre”.

El fundador de Libera ahondó en el concepto de resistencia.

“Resistir quiere decir asumir la responsabilidad de reconducir la historia cuando toma una dirección contraria a la libertad. La corrupción, la ilegalidad, las mafias, los abusos de poder, las guerras atentan contra la libertad.

Debemos frenar la deriva ética, el colonialismo económico, el despojo de los bienes comunes aquí y en el mundo. El antifascismo no puede ser una simple palabra, sino que debe reflejarse en nuestro accionar cotidiano, en nuestros comportamientos”.

Finalmente recordó que solidaridad, justicia social y eliminación de la desigualdad deben ser nuestro día a día.

“Esto es lo que nos exige la memoria de todos aquellos y aquellas que sacrificaron sus vidas para que pudiéramos vivir libres”, concluyó.