41º Premio Derechos Humanos de Periodismo
“Solo hay dos opciones en esta vida: resignarse o indignarse.
Y yo nunca me voy a resignar”.
(Darcy Ribeiro)
Amalia Antúnez
12 | 12 | 2024
Samuel Blixen y Nilo Patiño | Foto: Daniel García
En julio de este año, llegó a mis manos ─regalo de un querido amigo─ el libro de Samuel Blixen y Nilo Patiño Desaparecidos. En busca de la verdad, una investigación que denuncia la perversa mentira de los militares uruguayos sobre el desconocimiento del paradero de los restos de nuestros desaparecidos durante la última dictadura.
De fácil lectura por la estructura y calidad del texto, el libro me resultó didáctico porque, entre otras cosas, aporta datos, hasta entonces, para mí desconocidos.
A lo largo de mis años de trabajo en la Regional Latinoamericana de la UITA, tuve la oportunidad de entrevistar y compartir largas charlas con quien se convirtió en un querido amigo: Jair Krischke, fundador y presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil (MJDH), reconocido activista y militante al que se le atribuye haber salvado a más de 2.000 perseguidos políticos durante las dictaduras instauradas en el Cono Sur de América en los años 70 y 80.
Durante el proceso de lectura de Desaparecidos, como todos los años, Jair me pidió que tradujera al español el reglamento del Premio Derechos Humanos de Periodismo, y mientras cumplía con esa tarea pensé que el libro de Blixen y Patiño podría postularse al concurso en la categoría Gran Reportaje.
Felizmente no fui la única. Mi compañero de oficina, Daniel García consideró lo mismo y gestionó con los autores la inscripción y con el MJDH, la recepción del material que acabó obteniendo el primer lugar en la edición número 41 del prestigioso premio que otorga el Movimiento con el apoyo de la Rel UITA y de la Orden de Abogados de Brasil, filial Rio Grande do Sul (OAB-RS), entre otras organizaciones.
La ceremonia de entrega de trofeos se realiza todos los 10 de diciembre, fecha en que se conmemora el Día de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y para mi fortuna este año pude acompañar a mis compatriotas a recibir el premio en Porto Alegre.
Partimos en bus el 8 de diciembre para poder cumplir con la agenda que el MJDH tenía prevista antes de la ceremonia: un conversatorio con los autores sobre el proceso de investigación que concluye en el libro.
A Blixen lo conocía por su destacada trayectoria de periodista de investigación, por sus notas en el semanario Brecha, y no es un secreto mi admiración por su trabajo.
De Patiño conocía su activismo por los derechos humanos vinculado a la organización de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y hasta ahí, por lo que el viaje y estadía compartidos fue una oportunidad para conocer un poco más de estos dos compañeros que desde hace años investigan para que se conozca la verdad sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Uruguay durante la última dictatura, y aportan con su trabajo un valioso registro de la historia reciente del país.
No costó mucho descubrir que son un tándem que se complementa muy bien. Nilo muestra un perfil más bajo y un aire desconfiado que se disipa a la primera cerveza compartida; Samuel suele hablar con elocuencia de docente y preguntar con oficio de periodista.
Comenzaron a trabajar juntos en 2017. Ambos integran el equipo de Cruzar, un proyecto de extensión universitaria de la FIC* que sistematiza información de archivos del pasado reciente vinculados al terrorismo de estado y graves violaciones a los Derechos Humanos.
Han publicado juntos, además de Desaparecidos. En busca de la verdad, el libro Intrigas Cruzadas. Mafia y terrorismo en las Fuerzas Armadas.
Era una deuda con Jair la visita a las oficinas del Movimiento, así que el último día de nuestra estadía a la capital gaúcha fuimos invitados a conocer el lugar que guarda un importante e invaluable acervo de documentos vinculados al accionar militar durante las últimas dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay (Plan Cóndor).
Como dice siempre el querido Jair, las piedras rodando se encuentran. Fue una charla entre amigos que acompañamos los integrantes de la Rel UITA y del equipo del MJDH y propició el compromiso de trabajar de forma coordinada en la sistematización de información de los aparatos represivos de ambos países.
A nuestro regreso a Montevideo, pedí a los autores que me describieran qué significó para ellos este premio y ambos coincidieron en que va a favorecer la divulgación de la denuncia que realizan en el libro, que es el eje del reclamo de la sociedad uruguaya que cada 20 de mayo marcha por las calles del país exigiendo saber dónde están los desaparecidos; premia además la investigación y la causa misma de los derechos humanos en la región.
Blixen dijo además que el momento más emotivo para él durante la ceremonia de premiación fue haber sido invitado a entregar el primer premio a dos jóvenes estudiantes de periodismo.
“Ese fue el momento en que conecté con mi condición de profesor, de académico y sentí que de alguna manera estaba retribuyendo a mis propios estudiantes, que no tienen oportunidad de recibir un premio como este y que, sin embargo, sus trabajos lo merecerían”.
Patiño señaló que fue un emotivo reconocimiento a la labor que vienen haciendo hace años y que fortalece la tarea por búsqueda de la verdad sobre los desaparecidos en Uruguay, al tiempo que impulsa a renovar el compromiso asumido.
“Estoy muy agradecido, la experiencia fue enriquecedora, porque más allá del premio nos volvimos con la idea de seguir trabajando en la causa, intercambiando información y con la certeza que vamos por buen camino. Contamos con pocos recursos para desarrollar la investigación y en ese sentido debo destacar el respaldo recibido por la FIC, en especial por su decana Gladys Ceretta”.
Por mi parte debo decir que fue un honor y un privilegio compartir esta experiencia. Agradecer a Jair por su afecto sincero hacia todos nosotros, y a la Rel UITA porque, a pesar de que muchas veces ha sido cuestionada por invertir recursos en causas como la de derechos humanos, no ha dejado de hacerlo.
El movimiento obrero organizado siempre estuvo del lado de quienes luchan por un mundo más justo y solidario. Preservar la memoria, promover la defensa de los derechos básicos de la ciudadanía son y serán una causa que abrazaremos siempre.
En tiempos donde las ultraderechas y el neofascismo avanzan sin pausa en el mundo, la memoria es el principal antídoto para que el terrorismo de Estado no se repita nunca más, y el periodismo serio y comprometido la principal herramienta para la defensa de la democracia.