Diferencias por acuerdo colectivo desata conflicto
en la industria cárnica uruguaya
La Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines (FOICA) plantea mejoras salariales y beneficios para los trabajadores con menor carga horaria, mientras que las empresas sostienen que el incremento ya se otorgó y auguran ventas menores a años anteriores. Ante la incertidumbre, la gremial de productores propone una medida extrema.
Luciano Costabel – Rel UITA
4 | 12 | 2024
Foto: difusión
Luego de un 2022 en el que se alcanzaron cifras récord de exportación bovina (2.547 millones de dólares), un 2023 que superó los 2.000 millones de dólares colocados en el exterior, y un 2024 que, a falta de un mes, se acerca a los mismos guarismos, el próximo año se perfila de alta demanda para el sector cárnico uruguayo, a partir de la recuperación del mercado chino y el impulso de Estados Unidos.
Con ese escenario en el futuro cercano, desde julio, trabajadores y empresarios vienen negociando el convenio colectivo del sector para el próximo año. Sin embargo, luego de varios meses de arduas reuniones aún persisten las diferencias y podría ser el Poder Ejecutivo quien termine laudando.
La FOICA inició las negociaciones con una plataforma de 15 puntos para incorporar en el acuerdo. Pero, posteriormente, en línea con la gestión de acercamiento que planteó el Poder Ejecutivo, redujo su propuesta a siete puntos. Aún así la gremial empresarial ha manifestado su rechazo a las iniciativas de los trabajadores.
Entre otros beneficios, la propuesta final de la FOICA plantea un incremento de 2000 pesos ( 48 dólares) por presentismo, una reducción progresiva de los requisitos para acceder al complemento del salario vacacional y una flexibilización de las horas necesarias para alcanzar el sustitutivo de carne (beneficio en especias que complementa el salario mensual). Actualmente solo generan este último beneficio aquellos trabajadores con una carga mensual mayor a 125 horas.
Adicionalmente, también se propone la incorporación de una cuota de género y diversidad del 20 por ciento para los nuevos ingresos en los centros de trabajo, con prioridad en los sectores productivos.
Dentro de los principales argumentos esgrimidos por los frigoríficos para rechazar la propuesta se encuentra que durante el 2024 se otorgó un incremento salarial del 2,5 por ciento, por encima de lo establecido.
Los trabajadores reconocen dicho aumento. Sin embargo, sostienen que no surgió de un acuerdo específico de la negociación salarial, sino que se debió a que la inflación anual se ubicó por debajo de lo proyectado por el gobierno. Esto quiere decir que podrían haber sido ellos los afectados si la inflación se ubicaba por encima de lo proyectado por el gobierno.
El otro argumento fuerte de los frigoríficos es que, a pesar de que se espera un aumento de la demanda para el próximo año, no habrá suficiente ganado para abastecerla completamente. Agregan, además, que este año las ventas serán menores a los años previos y que esa situación es más agravante en las plantas de menor tamaño.
Es cierto que a la interna del sector se registra una importante heterogeneidad, con plantas que se encuentran en proceso de cierre, como Rondatel (Rosario, Colonia) y Lorsinal (departamento de Canelones) del grupo chino Sundiro. Sin embargo, esas situaciones no derivan de los salarios de los trabajadores y tampoco puede afirmarse que la industria, a nivel general, se encuentre por un mal pasar.
Los datos de Uruguay XXI así lo reflejan. Desde enero hasta ahora, ingresaron al Uruguay 1.859 millones de dólares por venta de carne bovina al exterior. A este número se agrega que, de las 25 empresas que registran colocaciones en el exterior, ocho superan los 100 millones de dólares en ventas y otras siete llevan vendidos entre 50 y 100 millones de dólares. A su vez, las tres plantas con más ventas: Tacuarembó, Las Piedras y Ontilcor, ya superaron sus cifras del año pasado.
Ante la intransigencia de la gremial empresarial y la posibilidad de que el gobierno sea quien resuelva el convenio colectivo, los trabajadores vienen aplicando una serie de paros sorpresa a nivel nacional desde el viernes 29 de noviembre (véase Tercer día de paralización nacional).
La medida de lucha tomada por los trabajadores fue criticada por la gremial de productores nucleados en la Federación Rural (FR), quienes solicitaron al gobierno que aplique la esencialidad para la actividad de faena.
Según pudo confirmar La Rel con fuentes de la FR, la solicitud no sería contemplada por el Ministerio de Trabajo, dado que no peligra el abastecimiento. Por tal motivo, los productores agremiados buscarían otro tipo de soluciones.
Si bien en una reunión mantenida el pasado martes 3, las autoridades ministeriales se comprometieron a mantener abiertos los canales entre trabajadores y empresarios para que se alcance un acuerdo entre las partes, el conflicto sigue en marcha.
La suspensión de la votación supone un aire para los trabajadores. Aún así, la FOICA analiza nuevas medidas en caso de que las negociaciones no prosperen.