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Ante el desastre en Valencia

Los precios de un modelo

Al menos 220 personas han muerto en Valencia como consecuencia de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), un fenómeno meteorológico que genera lluvias particularmente intensas por largos períodos.

Gerardo Iglesias

5 | 11 | 2024


Foto: Eleconomista.com

Dos estudios difundidos en estos días, uno de WWA, otro de ClimaMeter, han establecido un vínculo inequívoco entre este nuevo desastre presuntamente “natural” con el cambio climático, es decir con las alteraciones del clima, provocadas éstas esencialmente por la acción humana.

La DANA que barrió e inundó la ciudad española fue de una “intensidad desconocida”, según el informe de ClimaMeter, un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia.

El desastre ha dejado también al desnudo la pésima gestión del gobierno de la comunidad de Valencia, a cargo del Partido Popular, acusado por organizaciones sociales locales de haberse desentendido de la adaptación al cambio climático y de los problemas ambientales y defender un modelo urbanístico especulativo y “ecocida”.

También ha quedado en evidencia la hipocresía de grandes empresarios como el magnate Amancio Ortega, dueño del emporio textil Inditex, que al tiempo que anunció una donación para “atender la emergencia en Valencia” obligó a las empleadas de sus tiendas a trabajar, lo mismo que hizo Juan Roig, otro megaempresario, en su cadena de supermercados Mercadona, como denunciaron en ambos casos delegados sindicales.

Desde la Regional Latinoamericana de la UITA hacemos llegar toda nuestra solidaridad a todos los valencianos y valencianas afectados por esta tragedia evitable, en especial a los trabajadores y las trabajadoras y sus organizaciones representativas, con las que a la Rel UITA le unen lazos históricos y fraternos.

Hacemos extensiva nuestra solidaridad a los compañeros y las compañeras en Andalucía, afectados por el mismo fenómeno, y a quienes en Cataluña se preparan para afrontarlo.

Así como nos unen las consecuencias de un cambio climático provocadas por un sistema que combatimos vivamos donde vivamos estemos donde estemos, nos une también la solidaridad de clase.