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Mujer, pobreza y maternidad

La protección social brilla por su ausencia

Carlos Amorín

17 | 10 | 2024


Foto: Gerardo Iglesias

Acompañando el Día internacional para la erradicación de la pobreza celebrado cada 17 de noviembre, un reciente informe de ONU Mujeres advierte que dos mil millones de mujeres y niñas en el mundo carecen de cualquier protección social como pensiones, seguro de desempleo, atención sanitaria o prestaciones por maternidad, lo que refuerza la inequidad entre mujeres y hombres.

En efecto, si bien desde 2015 se han registrado avances en la extensión de la protección social, ella ha sido más significativa para hombres que para mujeres.

Este “avance desparejo” implica que se acentúa aún más la brecha de género, y se constata que las mujeres entre 25 y 34 años están 25% más expuestas a caer en la extrema pobreza que los hombres de la misma edad, cifras que se incrementan aún más en la infancia.

Los contextos de inestabilidad como guerras, el cambio climático y desplazamientos forzados, entre otros, agudizan esta situación y resaltan diferencias notorias entre las propias mujeres: aquellas expuestas a contextos más inestables o frágiles tienen 7,7 veces más probabilidades de padecer extrema pobreza.

Maternidad desprotegida

Ya en pleno siglo XXI resulta asombroso que, según el informe de ONU Mujeres, el 63% de los partos se realicen sin que las mujeres tengan acceso a prestaciones de maternidad, cifra que en el África subsahariana se eleva al 94%.

Asimismo, la ausencia de asistencia económica a la maternidad agrava los riesgos de salud no sólo para las mujeres, sino también para sus hijos ya vulnerables por vivir en un contexto de pobreza, una situación que tiende a perpetuarse en las generaciones posteriores.

La directora de la División Intergubernamental de Políticas y Programas de ONU Mujeres, Sarah Hendriks, afirmó que “El potencial de la protección social para la igualdad de género, la resiliencia de las mujeres y su transformación es enorme, pero para conseguirlo debemos priorizar la dignificación y el empoderamiento de las mujeres y niñas en todas las etapas del proceso de diseño de políticas públicas, hasta su financiamiento y ejecución”.

Los tímidos avances producidos en México, Mongolia, Túnez y Senegal son netamente insuficientes, señala el informe.