Mundo | AGROTÓXICOS | DOBLE MORAL

Con Bert Schouwenburg

Haz lo que yo digo, pero…

Carlos Amorín

10 | 10 | 2024


Bert Schouwenburg | Foto: Daniel García

Bert es un ex dirigente sindical británico del GMB¹, colaborador de la UITA que ahora se encuentra retirado, “pero activo”, como lo aclara en este diálogo. Interesado en la realidad sobre todo Centroamericana, lector habitual de esta página web, abordó en esta entrevista algunas de las contradicciones e hipocresías en la relación entre el Norte y América Latina.

—Tú has comentado que existe una gran hipocresía en la relación entre Europa y Latinoamérica.
—Lo he dicho sobre todo en relación con los agrotóxicos y pesticidas en general, porque muchos de esos químicos que se siguen usando en la agricultura del Sur están prohibidos aquí en el Norte. No sólo eso, sino que además se producen acá y se exportan a terceros países. Esto no solo es una gran hipocresía, también un doble discurso, porque por un lado se reclama el cuidado del medio ambiente, y por otro se producen y venden los contaminantes.

Dos caras como el queso

—¿De quién es ese doble discurso?
—De algunas empresas, pero también de los gobiernos, porque en sus países hacen propaganda de que respetan el medio ambiente, la sostenibilidad y la captura de carbono, pero facilitan la fabricación y exportación de químicos prohibidos.

—También lo extraño es que muchos de esos agrotóxicos se utilizan para producir soya que después se exporta a Europa. Es muy contradictorio, porque prohíbo esos productos en mi casa, pero después te compro lo que has cultivado con ellos… Es un poco loco.
—Es hipocresía pura. Y algo suicida, porque esa soya está muy contaminada, y además es una semilla transgénica que también está prohibido cultivar en Europa. La soya OGM importada del Sur se utiliza para pienso de animales y aves que terminan siendo de consumo masivo. Otro doble discurso: se extendió diez años más la autorización para el uso del glifosato en Europa.

¿Y por casa cómo andamos?

—¿Cuál es la situación de la agricultura europea y británica?
—El Reino Unido ya no forma parte de la UE, por lo cual después del Brexit ya no recibe los fuertes subsidios que Europa aplica a su agricultura. Entonces, éste es un gran problema para los agricultores en el Reino Unido. Se está pensando en reemplazarlos con subsidios locales, pero todavía no han decidido qué hacer exactamente. Hoy se habla de tener un subsidio para la protección del medio ambiente. En este momento el Reino Unido importa cerca del 60% de los alimentos que necesita. Entonces es una situación bastante difícil.

—¿Por qué tienen que importar 60% de los alimentos?
—Probablemente por razones económicas, porque es más barato importar los alimentos en vez de apoyar a los productores locales. En Inglaterra es un gran problema, porque antes había un sistema por el cual se garantizaba un precio para el productor del campo. El Estado compraba a los agricultores todos sus productos y después los vendía a las tiendas y los supermercados. Y de esta manera era posible apoyar a los agricultores, preservar el cultivo en el campo inglés. Pero durante el curso de los años, durante la era neoliberal, todo ese sistema desapareció. Ahora es un mercado libre. Ese es más barato importar verduras y fruta de otros países del mundo.

El mismo perro con distinto collar

—¿No es eso un grave problema con respecto a la soberanía alimentaria?
—Exactamente. Este es el debate que está ocurriendo en el Reino Unido, y recientemente hemos elegido un nuevo gobierno laborista. Pero creo que no va a cambiar mucho, no hay mucha diferencia entre Inglaterra, el Reino Unido y los otros países europeos.

—¿Cómo ha influido el Brexit en eso?
—Se han perdido los subsidios de la UE, pero el nuevo sistema no está, no ha sido introducido. Entonces es difícil para los agricultores en este momento, porque el Brexit fue en 2016, pero todavía los diferentes gobiernos no han cambiado el sistema europeo, o no han convertido el sistema europeo a un sistema doméstico para proteger a los agricultores.


¹ El actual GMB tuvo origen en 1989 cuando se fundó el sindicato de trabajadores del gas (Gas Workers and General Union). Al pasar de los años, y luego de múltiples fusiones e incorporaciones, actualmente reúne a unos 500 mil afiliados de los sectores más diversos, desde los empleados municipales hasta los enfermeros locales y trabajadores de la madera.