Solo él y otro trabajador, con la ayuda de un camión cisterna, intentaban controlar las llamas que los alcanzaron. Tiago murió en el lugar y el segundo trabajador fue hospitalizado en estado gravísimo.

Aunque el parte de la Policía Civil registró el hecho como incendio, lesiones corporales y homicidio, la Usina Iracema no ha emitido ningún comunicado sobre el caso ni ha respondido a los intentos de contacto del STIAL, que lamenta la postura de la empresa ante un caso tan grave, y sigue de cerca la investigación.

El sindicato exige transparencia en la información y espera que los posibles responsables sean identificados y castigados.

Lamentablemente, la muerte de Tiago y la hospitalización del otro trabajador no son casos aislados.

Desde la penúltima semana de agosto, se han registrado decenas de casos de trabajadores gravemente heridos al intentar controlar incendios.

El 23 de agosto, dos empleados de un ingenio azucarero en Urupês, en la región metropolitana de São José do Rio Preto, murieron mientras intentaban combatir un incendio. Un trabajador del suroeste de Goiás también falleció en las mismas circunstancias.

A principios de mes, la Confederación Nacional de Trabajadores de la Alimentación (CNTA) y la Secretaría Regional de la UITA enviaron una carta a la Unión de la Industria de la Caña de Azúcar y Bioenergía, la mayor organización representativa del sector de azúcar, etanol y bioenergía en Brasil, para tratar el tema de la ola de incendios y las condiciones laborales de los trabajadores en el combate al fuego.

Se solicitó una reunión de carácter urgente. La carta no ha recibido respuesta.