Un informe de Francesca Albanese sobre la masacre del pueblo palestino
Giorgio Trucchi
13 | 8 | 2024
Foto: Gerardo Iglesias
Hace unos meses, la jurista internacional y académica italiana Francesca Albanese presentó el informe “Anatomía de un genocidio”, en el cual evidencia claramente que existen motivos razonables para afirmar que Israel está cometiendo el crimen de genocidio.
Asimismo, instó a la comunidad internacional a intervenir de inmediato para poner fin a este crimen y hacer responsables a los perpetradores.
“Palestina está envuelta en una espiral de violencia extrema. Estos últimos siete meses, el ritmo y la intensidad con que esta violencia, que parece imparable, estalló en Gaza se ha extendido al resto del territorio ocupado, confirmando que ningún palestino está a salvo bajo el control militar de Israel”, advirtió Albanese.
La Relatora Especial de la ONU expresó profunda preocupación por la situación catastrófica que vive Gaza, tras el inicio del que considera el “ataque más atroz contra el pueblo palestino”.
Más de 40 mil palestinos han sido asesinados, incluyendo a más de 16 mil niños y niñas, es decir más del total de menores asesinados en todos los conflictos en el mundo durante los últimos cuatro años. Otros 10 mil palestinos están desaparecidos y alrededor de 100 mil están heridos, en su mayoría de gravedad (Ministerio de Salud de Gaza).
Se calcula que en la Franja de Gaza hay cerca de 1,9 millones de personas desplazadas, es decir 9 de cada 10 habitantes y más de la mitad son niños y niñas (Unicef).
Pero la situación podría ser mucho peor. Según un reciente estudio de The Lancet, el número real de muertos podría alcanzar los 186 mil en el escenario más optimista, “ya que las muertes resultantes de la guerra en Gaza no se limitan al número de muertos por bombardeos y combates”.
“La sociedad palestina en su conjunto ha sido blanco de ataques. En la primera semana del asalto militar contra Gaza, el ejército israelí mató a un promedio de 250 palestinos diariamente, usando un arsenal apocalíptico en uno de los lugares más densamente poblados de la tierra”, denunció Albanese.
“Se utilizaron 25 mil toneladas de explosivos, equivalentes a dos bombas nucleares, municiones no guiadas y cientos de artefactos de dos mil libras cada una para arrasar barrios enteros”, agregó.
Después de unas semanas —continuó la jurista internacional— la ofensiva terrestre cambió el patrón, pero no la escala de destrucción.
“En menos de siete meses, Israel ha destruido Gaza, borrando o dañando gravemente casi toda la infraestructura civil, las tierras agrícolas, la mayoría de viviendas e instalaciones sanitarias, la infraestructura de telecomunicaciones, todas las universidades e instalaciones educativas, mezquitas y lugares de culto”, explicó.
También aumentó el nivel de atrocidades cometidas por Israel.
Se dispararon las desapariciones masivas, las detenciones arbitrarias, la tortura generalizada y sistemática, los tratos inhumanos. Esto horror fue sumándose a la experiencia de muerte y perdidas interminables.
La semana pasada, el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem denunció la política sistemática de abuso y tortura contra prisioneros palestinos, incluyendo abusos sexuales.
A la par, el gobierno israelí sigue imponiendo restricciones extremas a alimentos, electricidad, medicamentos y combustible, socavando la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por su sigla en inglés), el principal sustento de Gaza.
“Esta política deliberada del ejército israelí ha provocado una inseguridad alimentaria grave, rápida y sostenida en toda la población. Un número cada vez mayor de palestinos muere de hambre y de bombas. Las cicatrices colectivas de los que van a sobrevivir seguramente durarán generaciones”, alertó Albanese.
Ante esta situación, la Relatora Especial concluyó que en la Franja de Gaza
hay motivos razonables para creer que se está cometiendo genocidio.
“Concretamente —explicó— Israel ha cometido tres actos de genocidio: matar a miembros del grupo, causar daños físicos o mentales graves a miembros del grupo, infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física, total o parcial”.
Para la jurista y académica, estos actos de genocidio están motivados por un vehemente discurso anti palestino, que describe a todo el pueblo como un enemigo que debe ser erradicado o expulsado por la fuerza.
“Esta retórica ha sido radicalizada en todos los segmentos de la sociedad israelí. El hecho de que altos cargos israelíes, con autoridad de mando, pidieran a sus soldados que aniquilaran a la población de Gaza constituye una prueba irrefutable de incitación explícita y pública a cometer genocidio”, aseveró Albanese.
Lo que Israel ha implementado es una política estatal de violencia destructora y eliminadora.
“Las políticas genocidas, el aumento de las restricciones, los abusos, las detenciones arbitrarias, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales por parte de soldados israelíes, están poniendo en peligro, de forma extrema, la existencia del pueblo palestino en sus tierras o en lo que queda de ellas”.
En este sentido, la atención de la comunidad internacional debe centrarse en las consecuencias más problemáticas, entre otras, la limpieza étnica que se está llevando a cabo. La comunidad internacional debe hacer todo lo que esté a su alcance para impedirla.
Es por eso que Albanese pide “sanciones inmediatas e incondicionales” contra Israel.
Lamentablemente esto no está ocurriendo. Por el contrario, lo que hay es un apoyo decidido, sutil y velado a la acción militar de Israel.
“En lugar de detener su impulso, una minoría de poderosos Estados miembros (de la ONU) sigue garantizando apoyo militar, económico y político a la atrocidad que está cometiendo Israel, agravando de esta manera la devastación.
La historia de este mundo —continuó Albanese— nos enseña que el genocidio es un proceso, no es un acto único y la historia del colonialismo se compone de ideologías y actos genocidas”.
Según ella, el gen del proceso genocida se encuentra como determinante en el colonialismo. Siempre comienza con la deshumanización de un grupo y la negación de su humanidad y termina con su destrucción total o en parte.
“La deshumanización de los palestinos como grupo es la seña distintiva de su historia de limpieza étnica, desposesión y apartheid. En este sentido, el genocidio en Gaza es la etapa más extrema de un largo proceso colonial de eliminación de los palestinos.
Durante más de 76 años, este proceso ha emarginado a este pueblo, aplastando sus derechos inalienables, intentando desplazarlo, expropiando sus tierras y otros recursos. La amnesia colonial de nosotros en occidente ha condonado el proyecto colonial de Israel”, concluyó la jurista.
Ante esta situación ya no es posible mirar para otro lado.