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Con Eduardo Labraga Curbelo

Un museo obrero en el corazón del Cerro

Eduardo es artista plástico, artesano, escritor y vecino de la Villa del Cerro, donde se erige el Museo de los Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Frigorífica.

Amalia Antúnez

23 | 7 | 2024


Eduardo Labraga Curbelo | Foto: Amalia Antúnez

Hijo de obreros del sector, Labraga vivenció las gestas históricas de fines de los 60. Además de ser su artífice, hoy se encarga de gestionar todo lo referente, al que quizá sea el único museo proletario del Uruguay.

La casona de calle Grecia, local de la histórica Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines (FOICA), en sus inicios Federación Autónoma de la Carne que alberga el museo, fue el punto de encuentro de muchos dirigentes y líderes comunitarios durante la convulsionada década de los años 60, cuando los obreros y las obreras de la carne mantuvieron duros enfrentamientos contra el gobierno y la policía para defender la industria nacional y sus fuentes de trabajo.

Mística intacta

Actualmente, la comisión de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de la FOICA (Ajupen-Foica) gestiona y da mantenimiento al local, con la colaboración de la actual directiva de la federación.

La Rel conversó con Labraga acerca del proyecto para mejorar y ampliar el espacio del museo.

“Estamos intentando gestionar recursos para reciclar otras salas de la casa con el fin de ampliar el museo y mejorar la iluminación de las que ya están para reactivar las visitas guiadas y sumar nuevas propuestas”, explicó.

La FOICA tuvo y tiene un papel preponderante en el barrio. El local, que cuenta además con un anfiteatro, ha sido y es sede de actividades culturales y sociales para la comunidad.

“No hay solo reuniones sindicales. Siempre se trató de que fuera un lugar y un espacio para promover el acercamiento de los vecinos al arte, a la música”, señaló.

Un museo que interpela el presente

Desde que la FOICA se afilió a la Rel UITA hemos mantenido un estrecho vínculo con la obra del museo, que reúne un rico y valioso acervo documental, fotográfico y de piezas de la historia de la industria frigorífica uruguaya que vale la pena conocer.

La propuesta ofrece siete salas temáticas: trabajo; luchas obreras; comunidad; corrientes migratorias; la Villa del Cerro motor del desarrollo nacional por décadas; saladeros y frigoríficos; memoria presente.

Busca también incorporar otra sobre los troperos, que arreaban el ganado de La Tablada hasta los frigoríficos y otra sobre la industria frigorífica actual.

Lo más maravilloso de visitar este espacio, además de la historia que está allí reunida en documentos, diarios, fotos, utensilios, equipos, plaquetas es la posibilidad de encontrarse con algunos de sus protagonistas, como Sixto Amaro que dirigió desde la primera fila los enfrentamientos y los cinco meses de huelga del Frigorífico Nacional entre 1968 y 1969.

Se los puede escuchar contar cómo bloquearon el puente de acceso a la Villa y cómo fueron las compañeras mujeres las primeras en enfrentarse a la policía, que reprimía sin pudor.

En ese museo, la mística del barrio y de la FOICA permanecen intactas.