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Con Marta de Jesús

La historia de Sonia, un caso de escuela de trabajo esclavo

Nos enteramos de la historia de Sonia María de Jesús por medio de algunos de nuestros afiliados en Brasil y por el estrecho vínculo que nos une al Ministerio Público del Trabajo (MPT) de ese país. La campaña #sonialivre nos llegó desde varios frentes y cuando empezamos a interiorizarnos sobre el caso, la mezcla de emociones fue variada: incredulidad, horror, indignación…

Amalia Antúnez

14 | 6 | 2024


Imagen: Allan McDonald | Rel UITA

La primera reacción fue conocer más a través de quienes están en contacto directo con el caso, como por ejemplo los auditores fiscales del MPT y de la familia de Sonia.

Pudimos contactarnos con Marta de Jesús, una de sus hermanas, para aproximarnos a su lado de la historia, cómo vivieron el reencuentro y por qué decidieron iniciar una campaña internacional por la libertad de su hermana mayor.

Según indican las investigaciones realizadas, Sonia Maria fue llevada a la edad de nueve años desde Osasco, en São Paulo, a Santa Catarina a la casa del juez Jorge Luiz de Borba.

Su madre había decidido dejarla en un refugio, de manera transitoria, debido a que sufría violencia doméstica de parte del padre.

En esa institución trabajaba como psicóloga María Leonor Gayotto, suegra del juez Borba.

La mamá de Sonia falleció muchos años después tras una vida buscándola. Sus hermanos y hermanas la habían dado por muerta. En la mejor de las hipótesis pensaban que estaba en Estados Unidos, como falsamente les informaron.

Supieron que estaba en Brasil y viva cuando los contactaron los fiscales de MPT para decirles que la habían rescatado de condiciones análogas a la esclavitud.

Sobre cómo vivieron el reencuentro y por qué hoy en día impulsan una campaña por la libertad de su hermana La Rel conversó con Marta de Jesús, la menor de los siete, junto a su melliza Marisa.

Estaba viva y en Brasil

“Nos llamaron después que la habían sacado de la casa del juez Borba, hablaron con nuestro hermano Marcelo, le preguntaron si teníamos una hermana llamada Sonia, con una deficiencia auditiva. Como para nosotros el tema estaba cerrado, fue muy sorpresivo”, comenzó diciendo Marta.

“Nuestra madre falleció en 2016. Pasó años buscando a Sonia, siguiendo pistas falsas y para nuestra familia la idea de que Sonia podría estar en Estados Unidos haciendo su vida había sido un consuelo, aunque también existía la posibilidad de que hubiera muerto. La cuestión es que estábamos muy por fuera de todo lo que refería a ella cuando nos enteramos”.

Del shock a la bronca

Los De Jesús tuvieron que ver la historia de Sonia en un reportaje emitido por Fantástico, un programa del horario central de TV Globo que se transmite los domingos, para convencerse de que esa mujer que había sido rescatada luego de 40 años viviendo en condiciones de semiesclavitud era su hermana.

“Fue un shock al principio, luego las emociones fueron variadas. Primero sentimos alegría, pero luego fue ganando lugar la indignación porque ella estuvo todo este tiempo en condiciones análogas a la esclavitud, sin margen de error porque salta a la vista que ella fue privada de los derechos mínimos”, señala Marta.

La familia pensaba que era imposible que sucediera lo que luego sucedió: que la justicia permitiera que Sonia volviera a la casa de quienes están siendo investigados por mantenerla en condiciones análogas a la esclavitud durante cuatro décadas.

“Cuando determinan que Sonia regrese a la casa de los Borba, seguimos todos los pasos jurídicos necesarios, confiados en que la justicia actuaría en favor de ella, porque resulta absurdo que durante un juicio el presunto agresor conviva con la víctima”, dice Marta.

Interferencias

Sin embargo, pasó un año y todo permanece estancado. “El proceso no avanza. Por eso ideamos la campaña #sonialivre, para presionar a que se revea este caso y que nuestra hermana pueda al menos salir de esa casa y dejar en evidencia que la justicia debe ser imparcial. ¿O acaso es diferente porque el supuesto agresor es un juez?

Desde que se enteraron de que Sonia seguía viva, los hermanos De Jesús se organizaron para el reencuentro.

“La primera visita fue en setiembre y bastante complicada, porque Sonia ya había regresado a casa del juez Borba. Habíamos pactado dos días y él la llevó apenas uno. Estaba previsto que fuera de dos horas y duró solo 40 minutos y el juez estuvo presente durante el encuentro, que se hizo en el local de la Policía Federal”.

“Como todos saben, Sonia no se comunica porque nunca aprendió el lenguaje de señas (Libras). Tiene un código de gestos que usó para comunicarse con esa familia y que es lo que ella adquirió durante su vida. Entonces fue el juez Borba quien indicó cuándo podría abrazar a mis hermanos o no. Fue muy incómodo y controlado”.

Para las siguientes visitas la familia logró mediante una medida judicial que los encuentros se realizaran en la sede de Asociación de Sordos de Florianópolis y que ella fuera sola, sin compañía de ningún Borba.

En las citas en la Asociación, donde desde que fue rescatada toma clases de Libras de lunes a jueves, las cosas transcurrieron mejor.

“Sin la interferencia de los Borba tenemos más libertad, podemos salir a pasear en un centro comercial que queda cerca porque a Sonia le encanta el maquillaje, los collares, las caravanas y podemos interactuar más con la ayuda de sus profesoras”.

Una campaña exitosa

Al principio Sonia se mantuvo parca y recelosa, porque, como cuenta su hermana Marta, no está habituada a ser el centro de las atenciones, pero a medida que pasa el tiempo todo fluye de forma amena.

“Las últimas visitas logramos jugar con ella a maquillarse y es como que el contacto nunca se hubiera cortado. Las visitas son muy lindas”, dice con ternura.

Para lograr retomar la relación con Sonia, los hermanos apuestan a la campaña internacional que lanzaron por su libertad.

Según relata Marta, al principio hubo gente que los acusó de querer cobrar una indemnización para su hermana, pero con el transcurrir de la campaña fueron más las voces a favor que en contra.

“Hubo versiones de que nos acercamos porque Sonia tendría derecho a una cifra millonaria por indemnización y la verdad es que jamás se nos ocurrió eso. Lo que sí queremos es reconstruir el vínculo con nuestra hermana y de alguna manera dar respuestas al sufrimiento de mi madre que murió buscándola”, se emociona Marta.

La campaña viene siendo un éxito, diversas personas alrededor del mundo se han sumado. En Brasil, varios artistas adhirieron grabando videos y a diario se suman expresiones de solidaridad.

Queremos que Sonia tenga derecho a una vida digna, que pueda compartir con nosotros si es de su voluntad y que las personas que mantuvieron en condiciones análogas a la esclavitud paguen por ese crimen”, finaliza Marta.

La Regional y el Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (Clamu) han adherido sus redes a esta campaña.

Nos sumamos porque el derecho a una vida libre y digna es un derecho humano básico y porque Sonia es una hermana de clase.

Sumate a la campaña, graba un video diciendo “SoniaLivre” y menciona tu ciudad y país.

Publica en las redes usando los hashtags #sonialivre #sonialivreoficial #sonialivreglobal

Etiqueta al perfil @sonialivreoficial @reluita @regionallatinoamericanauita en la publicación.

Tu participación es fundamental para que nuestra lucha tenga resultados. Haz que este caso llegue al mayor número de personas.

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Foto: Familia de Jesús (archivo personal)