La publicación fue coordinada por el sociólogo Nicolás Marrero y cuenta con aportes de su colega Alejo Gónzalez Orge, la licenciada en Trabajo Social Noelia López y la licenciada en Desarrollo Paula Leguisamo.

El capitalismo de plataformas es un fenómeno relativamente nuevo que tiene su origen en sucesivas crisis que llevaron a un incremento de la masa estructural de desempleados, una fuerza sobrante de trabajo que está desesperada y dispuesta a aceptar cualquier cosa, afirmó Antunes.

“Un ideario neoliberal agresivo comandado por la forma más destructiva del capital que es el sistema financiero, el alto desempleo, la reestructuración productiva constante y el incremento de la tecnología fueron la base para el surgimiento de las empresas de plataforma digital”, señaló el sociólogo.

Este tipo de trabajo se expande cada vez más en el mundo y genera una completa desregularización de las relaciones laborales.

Los trabajadores y las trabajadoras que prestan servicios a las empresas digitales son presentados como “autónomos”.

“Emprendedora es la clase burguesa, pero llamar emprendedora a una masa de trabajadores y trabajadoras desempleados, que no cuentan con un mínimo derecho es como mínimo, criminal”.

Sin dudas, dijo, ese discurso formar parte de “ese (in) discreto encanto de la burguesía, pero no deja de ser una falacia”.

Para Antunes, este tipo de trabajo tiene mayor impacto en las sociedades del sur del mundo porque son zonas donde se vivió la esclavitud y donde hasta hoy día se dan condiciones laborales que se le acercan en gran grado.

“En Brasil se rescata a diario a trabajadores y trabajadoras en condiciones análogas a las de un esclavo. La tercerización, la flexibilización, son eufemismos para no decir precarización de las condiciones de trabajo. Todo este escenario hace el campo orégano a las plataformas digitales”.

Otra de las graves consecuencias de este tipo de trabajo es su altísimo nivel de siniestralidad.

“Los trabajadores hacen de todo para poder cumplir con las entregas de pedidos de manera de tener un ingreso que les permita cubrir los costos de sus herramientas (vehículo, celular, etcétera) y vivir, mantener la familia”, dijo el sociólogo, e indicó que en Sao Paulo muere más de un delivery por día.

El capitalismo de plataformas propicia condiciones de trabajo del siglo XIX y representa un enorme desafío para las organizaciones sindicales de base clasista, porque no es sencillo organizar a trabajadores que se autoperciben “jefes de sí mismos”.

Por eso la importancia de esta publicación, que es el resultado de una investigación conjunta entre la academia y los sindicatos y surge de la inquietud de un movimiento obrero que ve en este tipo de relación laboral un súmmum de la explotación del hombre por el hombre.

Los autores abordan también temas como la regulación de las relaciones laborales en las empresas de plataformas digitales y dejan en evidencia ese vacío legal.

“Todas estas empresas ingresan en los distintos países violando los derechos laborales existentes, perforando o evadiendo la legislación del trabajo. Luego vienen los Estados a regular sobre esos hechos consumados”, señaló Nicolás Marrero.

Se legisla bajo la premisa de que esa realidad ya existe y lo que queda es crear un estatuto intermedio donde los trabajadores de plataformas no sean ni autónomos, ni dependientes, permaneciendo en un limbo legal.

“En Uruguay estará en discusión en las próximas semanas en la Comisión de Legislación del Trabajo dos proyectos de ley que pretenden regular la labor en plataformas”.

Uno, de ellos, dijo Marrero, consolida la idea del falso autónomo, pero es promocionado como progresista porque da algún derecho a quienes carecen completamente de ellos. Esto es muy peligroso porque representa tendencias que se están dando en el mundo del trabajo en general”.

Algo similar está sucediendo en Brasil, donde el presidente Lula da Silva presentó un proyecto de ley que, a consideración de Antunes, es un verdadero horror. “Podría llamarse proyecto de ley de Uber”.

También en Argentina se da el mismo fenómeno. En este momento está en consideración del Senado la denominada Ley de Bases, que promueve la precarización laboral al extremo, extendiendo al resto de la clase obrera las condiciones de los trabajadores de plataformas.

“Estamos asistiendo a una deshumanización brutal del trabajo”, resumió Antunes.