Argentina | SOCIEDAD | POLÍTICA

El ajustazo de Milei

El loco, la motosierra y el pague Dios

En su primera semana en el gobierno, Javier Milei y su equipo pusieron en marcha una serie de medidas que, según él mismo aseguró, harán todavía más difícil la vida de los argentinos. El ajuste recaerá sobre los pobres y la clase media, de quienes salieron muchos de los votos al nuevo presidente.

Daniel Gatti

20 | 12 | 2023


Imagen: Allan McDonald | Rel UITA

Dice el psicoanalista Jorge Alemán que la figura de Javier Milei confirma aquello de que la locura “nunca fue incompatible con el ejercicio del poder”, pero que de nada sirve quedarse en esa constatación porque a ese ser alucinado que habla con sus perros y que en cada aparición pública parece que se estuviera comunicando con el más allá lo votaron decenas de millones de argentinos.

Y que mejor harían quienes quieren cambiar el estado actual de las cosas si se pusieran a pensar en serio en qué fue lo que pasó para que alguien así haya llegado a la presidencia.

“Cuando emerge una figura como esta con ese apoyo de la población hay que poner todo en cuestión, revisar las coordenadas con las que nos movíamos: libros, políticos, conducciones”, dijo Alemán (Página 12, 13-XII-23).

“El espectacular despliegue en los medios mundiales de los gestos hiperexcéntricos del personaje no debe extraviarnos en una cadena de comentarios banales para protegernos de la angustia. […] La locura esconde su reverso: una fría y potente racionalidad que se extiende por el mundo como su nueva razón de ser. Una vez más se trata de la voluntad de poder inscripta en la nueva razón neoliberal. Todos los gestos transgresores no desvían un milímetro a esta racionalidad que intenta apoderarse del último confín de la vida”.

Alucinación y frialdad

El domingo 10, en la ceremonia y, sobre todo, en su discurso de asunción, Milei expuso como pocas veces esa combinación de alucinación y fría racionalidad.

La alucinación, en los gestos, los ademanes, las miradas. La razón neoliberal, en un discurso en el que repitió a los argentinos que por un tiempo vivirán aún peor que lo horrible que han vivido en los últimos años.

Hasta que —dios mercado mediante, reducción del Estado mediante, flexibilización extrema mediante y tal vez Policía mediante— llegue el tiempo del regreso a la época radiante en que Argentina fue “la principal potencia planetaria”, allá por fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando el general Julio Argentino Roca campeaba a sus anchas en el desierto masacrando indios, luego reprimiendo organizaciones obreras, entregando la economía argentina a la oligarquía local y a los capitales ingleses e institucionalizando el fraude.

Antes de él, el “primer presidente libertario de la historia mundial”, Roca fue uno de los “mejores presidentes de Argentina”, sugirió Milei.

Tras afirmar que luego de ese general admirado por los argentinos “de bien” vinieron más de 100 años de colectivismo y de hegemonía cultural zurdófila, Milei evocó una frase del militar: “Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.

Por el túnel

A la masa que fue a ovacionarlo al Congreso (bastante menor a la esperada, pero multitud al fin, y muchísimos más, tan populares o más que los que se reunieron al sol, lo vieron por tevé) Milei le anunciaba la entrada a un túnel de privaciones, y le prometía que con más inflación y más pobreza podrían llegar a salir de la inflación y la pobreza.

“Observándolo de fuera, se podía pensar que aquello era un absurdo más en un discurso mal leído, plagado de errores, pronunciado con ajenidad respecto a su público, denso, aburrido y farragoso, pero visiblemente no cayó mal en esas huestes de creyentes”, comentaría el lunes 11 un periodista español.

Por estos días se hizo viral un video en el que, hace muchos años, el cómico Tato Bores ironizaba sobre aquellos que desde hace décadas vienen prometiendo una “Argentina potencia”, promoviendo “sacrificios hoy para que mañana nuestros hijos hereden una patria grande, redonda, fértil, calentita. Chan, chan”.

A los ponchazos

Lunes y martes siguieron las torpezas en el armado del gobierno, las idas y venidas entre los colaboradores del presidente y sus nuevos aliados de la ya prácticamente disuelta coalición Juntos por el Cambio, y las peleas y disputas al interior de La Libertad Avanza (LLA), prolongando el escenario dominante desde el triunfo electoral mileísta del 19 de noviembre.

En paralelo se confirmaba que en los nuevos ministerios y subsecretarías pesará más Propuesta Republicana (PRO), el partido del expresidente Mauricio Macri, que la propia LLA, prácticamente carente de aparato, y que también algunos funcionarios de rango medio del anterior gobierno se mantendrán en sus puestos, al menos por un tiempo.

El repudio a “la casta” política, caballito de batalla de la campaña de Milei, tuvo una manifestación simbólica el domingo, cuando el nuevo presidente dio su discurso de espaldas al Congreso.

Pero fue una rareza, vista la evolución del personaje, que en los últimos días ha cambiado el tono respecto a China, un “país comunista” con el que semanas atrás dijo que rompería relaciones y al que ahora le está suplicando nuevas ayudas financieras.

El Caputazo

Lo que más se esperaba, de todas maneras, era la bajada a tierra del programa económico del Ejecutivo, ver a quién le cortará pies y manos la tan mentada motosierra del mileísmo.

Luis Toto Caputo, flamante ministro de Economía, tardó bastante más de lo previsto en hacer conocer su plan.

Se dijo que lo haría en la noche del lunes, luego, en la mañana del martes, después, a la media tarde de ese mismo día, y finalmente lo concretó sobre las 19.00 del 12.

No hubo explicación oficial del retraso, pero se comentó que el mensaje original del ministro era tan gélido, tan poco empático con las víctimas consentidas de su proyectada política, estaba tan mal dicho que tuvo que grabarlo una segunda vez.

Lo que dijo era bastante esperable en contenido, aunque las dosis de la terapia de choque fueron más elevadas que las previstas: fuerte devaluación del peso frente al dólar (en 50 por ciento), quita de subsidios a la energía y al transporte, achique del aparato del Estado mediante la desaparición de ministerios y secretarías y la no renovación de los contratos de los funcionarios con menos de un año de trabajo, reducción “al mínimo” de las transferencias del Estado federal hacia las provincias, eliminación de las licitaciones de obra pública y suspensión de la ejecución de las licitaciones todavía no iniciadas.

Luego de su discurso, Caputo, ex alto funcionario de JP Morgan y el Deutsche Bank en América Latina y hombre de confianza de Macri (dirigió el Banco Central y fue ministro de Finanzas en la gestión del expresidente), anunció ante empresarios un congelamiento de las jubilaciones y, al día siguiente, un incremento del precio de los combustibles.

Tampoco faltaron los aumentos y los mantenimientos de impuestos, a pesar de la promesa del candidato Milei de bajarlos globalmente de inmediato.

A pagar

La eliminación de subsidios comenzará a aplicarse el 1 de enero. Desde ese día el boleto de subtes, colectivos y ferrocarriles se irá a las nubes y aumentarán las tarifas de la mayoría de los servicios públicos.

El dólar ya duplicó su valor. “No hay plata”, repitió el ministro el martes, y reconoció que es previsible que el desempleo y la inflación crezcan exponencialmente en los próximos meses. Y que la recesión también será fuerte.

Que eso es, precisamente, lo que se busca, para que el enfermo termine sanando y que aprenda que no puede vivir por encima de sus medios. (“No hay alternativa posible al ajuste”, había dicho el domingo Milei, repitiendo una frase de su admirada Margaret Thatcher).

Aunque habrá aumentos de unas pocas prestaciones sociales (la llamada Tarjeta Alimentar y la Asignación Universal por Hijo), ni de lejos compensarán el ajustazo.

Los anuncios de Caputo fueron bien recibidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El miércoles, Macri reunió a la plana mayor del PRO para respaldar al ministro de Economía y ratificar su alianza con LLA. “Es lo que se necesita”, dijo el expresidente.

Milei mostró rápido por dónde iba: todo el ajuste recae en los sectores populares y la clase media. La casta festeja. Y el FMI también”, comentó en X Silvia Saravia, dirigente de Libres del Sur, un movimiento que, junto con otros, convocó a una jornada de resistencia para el miércoles 20 y que se interroga sobre cómo hacer frente al huracán Milei, cómo llegar a gente que, mirada “objetivamente”, debería estar en el campo propio.

Las fuerzas del cielo

“Siento mucho dolor, los reputearía a todos porque se han tirado una cana al aire, acá hubo una ruleta rusa a escala colectiva. Probablemente haya que esperar el efecto de todo esto en los propios seguidores de Milei, que aparezca un malestar en sus propios votantes para que haya pertinencia para intervenir”, evaluó Jorge Alemán.

El domingo 10, entre los asistentes a la fiesta “libertaria” en el Congreso, había quienes vestían remeras con las leyendas “Elijo creer”, “Javier Milei, en vos confío”, “Bienvenido a las fuerzas del cielo”.

Y muchos —con inocultable pinta de pobres— lucían con un orgullo bastante más incomprensible una que decía “No hay plata”.


(Convenio Brecha-Rel UITA. Los intertítulos son de La Rel)