Esta semana el gobierno uruguayo autorizó “sin restricciones” la adquisición del frigorífico ubicado en el departamento de Durazno por Minerva.

El frigorífico nunca fue de capitales nacionales, pero a los productores del sector lo que más les inquieta es la concentración de la faena en apenas un par de empresas, para peor de un mismo país.

Fue lo que dijo, entre otros, el entonces presidente de la Federación Rural Martín Uría cuando se informó de la posible venta del BPU a Minerva, a fines del año pasado.

“Si en un momento estuvimos preocupados porque el 60 por ciento de las exportaciones iban a China, ahora nos tiene que preocupar que más de la faena quede en manos de dos empresas”, dijo Uría.

Lo mismo opinó Gonzalo Valdés, presidente en la época de la Asociación Rural, que agrupa a los productores agrícolas y ganaderos de mayor porte.
“Podría generarse algo que no es conveniente”, dijo.

El gobierno no lo estimó así y la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia del Ministerio de Economía y Finanzas autorizó la operación sin objeción alguna.

Minerva pasará ahora a operar cuatro plantas en Uruguay (además del BPU, los frigoríficos PUL, Carrasco y Canelones) y su producción de faena será algo mayor a la de Marfrig: 26 y 25 por ciento del total producido en Uruguay respectivamente

“Con la compra de BPU, la empresa se convierte en líder en la producción de carne bovina en Uruguay, con una capacidad total de faena de 3.700 cabezas por día”, declaró en diciembre de 2022 Fernando Galletti, CEO de Minerva.

“Uruguay está sufriendo ahora un poco por la sequía, pero a la larga se recuperará y seguirá siendo un gran productor de carne como siempre lo ha sido”, agregó el empresario.

Con una producción destinada en 85 por ciento a la exportación, el BPU fue creado en 2010 por una empresa originaria de Inglaterra. El monto de su venta en 2017 a la japonesa NH Foods había sido récord para la época (135 millones de dólares). Minerva lo adquirió en 40 millones.