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Aumentó 100 por ciento el número de accidentes por fugas de amoniaco en frigoríficos

Gaseados

Durante el primer semestre de este año hubo en Brasil un número sin precedentes de accidentes con fugas de amoníaco en frigoríficos. Las empresas siguen haciendo como si nada.

Allan Silva y Roberto Ruiz

03 | 07 | 2023


Imagem: Allan McDonald – Rel UITA

En total, entre enero y junio de 2023, ya hubo 12 accidentes, incluidos cuatro en unidades de JBS: en Marabá, Duque de Caxias y dos accidentes en la unidad de Dourados, en un intervalo de apenas tres meses.

La primera mitad de 2023 iguala así el nivel de todo 2022, ya alto en comparación con años anteriores.

En 2022, los accidentes fueron 12, incluidos tres en unidades de JBS (Confressa, Sidrolândia y Mozarlândia) y uno en una unidad de BRF (Rio Verde).

Desde 2018, el promedio de accidentes pasó de 5 a 10 al año.

El extraordinario número de casos, que involucran a cientos de trabajadores que requieren atención médica, da cuenta de la precariedad en las inversiones en prevención de accidentes y en la política de mantenimiento de los propios frigoríficos.

Los accidentes con fugas de amoníaco en su forma gaseosa pueden provocar lesiones en los ojos, la piel y las vías respiratorias superiores e inferiores, causando lesiones de diverso tipo, incluso la muerte.

Las fugas pequeñas de hasta 10 ppm (partes por millón) pueden pasar desapercibidas, aunque tienen el potencial de causar irritación en los ojos.

JBS lidera el podio

En 2020, el periodista Daniel Giovanaz, en un artículo publicado por Brasil de Fato, ya había destacado la historia reciente de empresas como JBS en relación a los accidentes con amoníaco, contabilizando 10 accidentes entre 2014 y 2020 solo en las plantas de esta transnacional, con más de 300 trabajadores y trabajadoras afectados.

Los accidentes que involucran fugas de amoníaco pueden ocurrir por una variedad de razones.

Con el fin de consolidar un sistema de prevención fueron creadas Normas Reguladoras, en especial la 36.

El incumplimiento de esas directrices puede dar lugar a accidentes. Las normas exigen la instalación de sistemas de protección contra fugas de amoníaco, debidamente dimensionados y en perfecto estado de funcionamiento.

Los sistemas de refrigeración que utilizan gas amoníaco deben operar bajo un nivel de presión específico y ser operados por trabajadores calificados para realizar esta función.

También la presencia de grietas en válvulas y tuberías, resultantes de la falta de mantenimiento, puede dar lugar a accidentes graves.

Un decálogo de medidas de prevención

Entre las medidas de protección para evitar accidentes con amoniaco destacan las siguientes:

1. mantenimiento de las concentraciones ambientales en los niveles más bajos posibles y siempre por debajo del nivel de acción, mediante una ventilación adecuada;

2. implementación de mecanismos para la detección temprana de fugas en puntos críticos, junto con un sistema de alarma;

3. instalación del panel de control del sistema de refrigeración;

4. instalación de duchas de seguridad y estaciones de lavado de ojos;

5. mantenimiento de salidas de emergencia despejadas y debidamente señalizadas;

6. mantenimiento de sistemas adecuados de prevención y extinción de incendios, en perfecto estado de funcionamiento

7. instalación de duchas o rociadores sobre los grandes recipientes de amoníaco, para mantenerlos frescos en caso de incendio, de acuerdo con el análisis de riesgo;

8. mantenimiento de instalaciones eléctricas a prueba de explosiones cerca de los tanques;

9. señalización e identificación de componentes, incluidas las tuberías;

10. Solo permanecen las personas autorizadas para realizar la inspección, mantenimiento u operación de los equipos en la sala de máquinas.

Todo accidente con amoníaco que involucre a los trabajadores debe ser investigado por los órganos competentes, como el Ministerio del Trabajo, CEREST y el Ministerio Público del Trabajo, y las empresas deben ser responsabilizadas.