-El año pasado fuiste elegido vicepresidente del grupo HRCT de la UITA a nivel mundial.
-Sí. El otro vicepresidente es japonés y la presidenta es de la región del Caribe. Se necesitaba a alguien de Europa, y en especial de España, que es uno de los países receptores de turismo más importantes del mundo y para reforzar la conexión con los hermanos de Sudamérica, de Centroamérica. Y ahí aparecí yo.

-¡Bienvenido!
-Muchas gracias, tenemos mucho por hacer (sonrisas).

-Con el advenimiento de la pandemia se llegó a pensar que nos dirigíamos a un mundo mejor, pero estamos en el sistema capitalista y podemos aseverar que estamos peor…
-Es verdad. Creímos que sería diferente a la crisis financiera de 2008. Que se iría realmente a un cambio de paradigma. La reacción de los estamentos europeos en aquella época fue con políticas claramente neoliberales.

Durante la pandemia, la actitud de las instituciones europeas nos gustaba más, en el sentido de que se aprobaron partidas presupuestarias importantes para ayudar a los trabajadores, a las empresas en dificultades.

Llegué a leer cosas de los dirigentes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que jamás en mi vida habría pensado. Se volvieron mucho más pragmáticos, porque se daban cuenta de que si no lo hacían de esa manera el mundo se les caía a trozos.

Pero, como tú bien dices, el capitalismo es voraz y se está volviendo a la música de antes.

-¿Cómo está funcionando el sector turismo?
-En Europa todo está lleno. Tú quieres en estos momentos tomar un avión, alquilar un coche o reservar una habitación de hotel en cualquier ciudad europea y tienes que hacerlo con una antelación muy grande.

La pandemia nos ha puesto a todos en una tesitura en la que antes no estábamos.
Hay una generación que ha vivido sin ningún tipo de problema serio desde el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Pero la pandemia hizo que la muerte se viera muy de cerca, y está cambiando la mentalidad.

Mucha gente que no tenía más remedio que aceptar contratos precarios, salarios bajos, ahora los está rechazando porque piensa, considera, que a lo mejor mañana no está aquí.

-Y falta mano de obra…
-Sí, porque hay mucha gente, como te mencionaba, que ya no está dispuesta a trabajar en condiciones de precariedad: donde enferman y los salarios son bajos. A los sindicatos les toca aprovechar la situación para presionar más en la Negociación Colectiva y la patronal debe entender que la gente no quiere trabajar en el sector, si no se incrementan salarios y mejoran las condiciones de labor.

-Pero las patronales, continúan en la misma dirección…
-Exacto. Podríamos hablar horas de la responsabilidad social de las grandes empresas. O mejor dicho de su irresponsabilidad social. Los Comités de Empresa Europeos no se reúnen.

Creamos un Comité de Empresa Europeo en la cadena de hoteles NH que pensábamos que iba a ser pionero en el sector, pero la dirección de la compañía considera que es un gasto innecesario y, contraviniendo los acuerdos firmados, no lo convoca.

Junto a los compañeros de UGT hemos interpuesto una denuncia conjunta en la Inspección de Trabajo, porque estamos muy cansados de que eso no funcione.