Enfermedades crónicas por explotación laboral, represalias a los trabajadores sindicalizados y violaciones al pacto colectivo es lo que se vive a diario en PEPSICO planta Guatemala.
La Izquierda Diario
25 | 01 | 2023
Foto: Gerardo Iglesias
En Frito Lay planta Guatemala, subsidiaria de la transnacional estadounidense PEPSICO, los trabajadores enfrentan a diario la represión y hostigamiento de parte de la patronal, esto como una represalia hacia el sindicato que en todo momento vela por los intereses de la clase trabajadora.
Derivado de esa explotación laboral, varias compañeras están sufriendo una enfermedad crónica profesional llamada túnel del carpo, la cual les afecta severamente las manos y brazos, al punto de perder la fuerza y la movilidad por la rapidez de los movimientos repetitivos (67 movimientos por minuto para ser exactos) que deben hacer durante las 12 horas continuas de producción que es lo que dura un turno ya sea de día o de noche.
A pesar que esa situación atenta severamente con la salud de los trabajadores, la patronal no hace absolutamente nada por prevenirlas y eliminarlas aun sabiendo que el código laboral indica claramente que lo deben de hacer, la administración simplemente se hace de la vista gorda.
Pero lo más grave del problema es que están empeñados en hacer todo lo contrario; puesto que, a inicios de este año 2023 la administración de RR. HH y los mandos medios le presentaron y trataron de imponer a los trabajadores un modelo de trabajo aún más precario, indicándoles que las tareas que actualmente son hechas por cuatro trabajadores, ahora sean hechas por tres trabajadores, lo cual, es completamente absurdo e inhumano.
Hasta el momento, los trabajadores están poniendo resistencia a esos abusos y lo hacen desde la solidaridad obrera sindical, con mucha fortaleza de espíritu y, sobre todo, con mucha dignidad.
PEPSICO no cumple con lo pactado con el sindicato ya que desde hace 8 años no ha contratado a ningún trabajador directo y esto con la finalidad de ir disminuyendo paulatinamente el número de afiliados a la organización sindical.
Las plazas que han dejado los compañeros que se han retirado están siendo cubiertas por personal tercerizado quienes quedan completamente vulnerables al no poder hacer valer ni aun sus derechos mínimos y elementales regulados en el código de trabajo.
Son compañeros de trabajo que realizan las mismas tareas que los trabajadores sindicalizados pero que por la falta de empleos y oportunidades en el país se ven obligados a aguantar los abusos de explotación laboral de la transnacional.
No tienen voz ni voto en nada y si intentan hacer valer, aunque sea un derecho laboral son despedidos casi de inmediato. Hay varios que ya llevan años trabajando con esa modalidad tercerizada que como se vuelve a repetir, no es más que una estrategia para explotar al trabajador y diseñada para beneficiar a esos imperios económicos como lo es PEPSICO.
El pasado 31 de marzo de 2022 se le hizo llegar a la administración local de PEPSICO un documento en donde se exigía que se le diera el debido cumplimiento al artículo del pacto colectivo que establece la contratación de personal, sin embargo, la respuesta burda que dio la patronal local de PEPSICO fue la de agudizar la represión y explotación hacia los trabajadores que durante muchos años han mantenido un espíritu fuerte de unidad y solidaridad obrera.
En todas las líneas de producción la explotación es muy fuerte, en la línea que produce las papas Lay’s, por dar un ejemplo la patronal PEPSICO pretende, como una imposición despótica de gerencia y mandos medios, que los trabajadores realicen tareas extraordinarias como un recargo laboral a lo que se viene haciendo.
Debido a que ya no alcanzan a realizarlas por lo exagerado del ritmo de trabajo la patronal PEPSICO procede a amenazar con aplicar sanciones disciplinarias y sin escuchar ningún tipo de razonamiento de parte de los trabajadores.
El sindicato de trabajadores de la transnacional PEPSICO Guatemala hace público que el 19 de enero de 2023 inició con una serie planificada de acciones pacificas, justas, legitimas y legales que van encaminadas a frenar la explotación laboral, porque no somos maquinas, somos seres humanos que exigen que se les respeten las necesidades más básicas con mucha dignidad.
Es lo mínimo que la clase trabajadora se merece, pues al final es la que a forjado el enorme imperio económico de la transnacional PEPSICO.
¡YA BASTA PEPSICO DE TANTA EXPLOTACION LABORAL!