SINDICATOS

“Las domésticas extranjeras necesitan una protección especial”

Congreso Mundial de Trabajadoras Domésticas
Con Ernesto Murro
“Las domésticas extranjeras necesitan una protección especial”
Gran parte de los trabajadores extranjeros arribados últimamente a Uruguay, que ha vuelto a ser un país de inmigración, son del sector doméstico y necesitan una protección especial, dijo el presidente del Banco de Previsión Social Ernesto Murro.
Murro fue uno de los invitados al congreso fundacional de la Federación Internacional de Trabajadores Domésticas y Domésticos, que tuvo lugar en Montevideo entre el 26 y el 28 de octubre, con la co-organización de la Rel-UITA.
 
El presidente del BPS, al comenzar su intervención, recordó con emoción el papel de la UITA y de su ex secretario regional Enildo Iglesias en la reorganización del movimiento obrero uruguayo bajo la dictadura: “la UITA era en aquellos tiempos uno de los pocos lugares donde nos podíamos reunir para volver a tener una central única de trabajadores como el PIT-CNT«.
 
«Quizás no nos demos cuenta del alcance histórico de este congreso», dijo a continuación, «porque por lo general las organizaciones que se ocupan de las trabajadores domésticas son débiles, tienen problemas, no son como los sindicatos grandes, que cuentan con recursos de todo tipo. Por eso es hay que apoyar algo como esto, que la UITA ponga toda la carne en el asador aquí es importante”, agregó.
 
Según manifestó, Uruguay ha hecho “esfuerzos especiales para regularizar la situación de las trabajadoras domésticas, lo que se ha traducido por un lado en la ratificación del convenio 189 de la OIT y por otro en una ley consensuada a nivel tripartito y que tiene disposiciones no tan comunes como la posibilidad de fiscalizar su cumplimiento incluso a través de inspecciones en los domicilios particulares de los empleadores”.
 
Esa facultad de fiscalización fue la que permitió, por ejemplo, que el Estado pudiera “regularizar la situación de trabajadores bolivianas que estaban empleadas en condiciones absolutamente anormales en la casa de una de las familias más ricas del país y hacer que se les pagara lo que se les adeudaba”, subrayó.
 
Convivir con la inmigración
 
La ley facilitó también que se pudiera identificar y regularizar a “más de las mitad de las domésticas que trabajan en el país. Falta la otra mitad”, indicó.
 
“Desde 2010 este es otra vez un país de inmigración, luego de décadas de expulsar gente. En los últimos tres años, hemos registrado en la Seguridad Social unos 25.000 trabajadores extranjeros y entre ellos hay un contingente muy importante de domésticas. Hemos hecho reuniones específicas con peruanas y bolivianas”, comentó Murro.
 
Uruguay es parte de “dos de los tres convenios multilaterales existentes en el mundo y que conciernen a este sector, el Iberoamericano y el del Mercosur”, pero se debe seguir avanzando en los convenios bilaterales y multilaterales con otros países.
 
Las domésticas se desplazan de un país a otro, y si no hay convenios de seguridad social que permita acumular años de trabajo se ven más perjudicadas de lo que ya lo están en sus países. Alguien que trabaja unos años en Bolivia, otros en España, otros aquí debe poder acumularlos para lograr una pensión más o menos justa”, ejemplificó.
 
La legislación actual uruguaya equipara derechos entre trabajadores nacionales y extranjeros, “pero los inmigrantes están naturalmente más sujetos a abusos y discriminación que los locales, y hay que estar siempre atentos a velar por sus derechos.
 
Tenemos que aprender a vivir con la inmigración, a integrarla y no rechazarla”, afirmó.
  
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Foto: Rel-UITA