-¿Cómo evalúas este encuentro?
-Antes que nada, celebro la valentía de ATILRA para tocar temas tan fundamentales para la clase obrera como el derecho laboral y sus vínculos directos con la política.

El encuentro contó con la participación de dirigentes sindicales de Argentina, Uruguay y Brasil y la presencia del ministro de Trabajo de Santa Fe; operadores de derecho laboral y abogados laboralistas.

La calidad de los debates fue excelente y muy enriquecedora porque entre otras cosas se dejó en claro la importancia de la defensa de las leyes laborales, sobre todo en momentos de crisis como los que atraviesa el Cono Sur.

-¿En qué consistió tu intervención en ese encuentro?
-Hablamos sobre la legislación laboral de Brasil luego de la reforma de 2017. Mostramos cómo la política puede interferir para bien o para mal en los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

En nuestro caso, el impacto de las decisiones políticas tomadas luego de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff fue nefasto para la clase obrera.

La reforma laboral aprobada por Michel Temer y profundizada por el gobierno de Jair Bolsonaro dejaron secuelas gravísimas en ese sentido.

Esta reforma fue realizada para privilegiar los intereses políticos y económicos de algunos sectores, en claro detrimento de los derechos laborales de la clase obrera.

Pudimos exponer el antes y el después de esta reforma y su impacto directo en la vida de los obreros, en el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras.

Aumentaron las tercerizaciones y por ende la flexibilización laboral y también hubo un incremento de accidentes en los lugares de trabajo. Un retroceso de más de una década.

Por eso creo que es valiente por parte de ATILRA poner este tema en la agenda de los sindicatos y el hecho de que esto sea un debate que abarque el sistema político también para que no pase en Argentina lo que nos pasó en Brasil.

-Y con relación al nuevo gobierno, ¿qué expectativas tienen en materia de legislación laboral?
-El presidente electo Luis Inácio Lula da Silva tendrá enormes desafíos porque se enfrenta a una oposición que es mayoría en ambas Cámaras.

No dudamos de la capacidad de negociación del presidente, pero sabemos que no será fácil.

Además, hay que destacar que el sector empresarial tiene el hábito de discutir la legislación laboral en épocas de crisis con el único propósito de reducir o quitar derechos a trabajadores y trabajadoras y eso es algo que el movimiento sindical y obrero no puede permitir.