Con Héctor Morcillo
Nuestra afiliada la Federación Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA) reunió a su plenario de secretarios generales con el fin de analizar la situación social, económica y política del país, en especial la de los trabajadores y trabajadoras del sector.
Nelson Godoy
23 | 11 | 2022
Héctor Morcillo | Foto: Nelson Godoy
-¿Cuáles fueron los puntos sobresalientes de este Plenario?
-Fue muy bueno en asistencia y en debate. Hicimos un informe de la situación de la obra social, económica y financiera del sindicato y de la difícil coyuntura que estamos atravesando debido a los altos costos de la salud.
Aportamos toda la información disponible y generamos algunas líneas de acción para resolver el déficit mensual y tratar de afrontar los próximos pagos que devienen del funcionamiento.
La respuesta de las compañeras y los compañeros fue muy buena.
Por otro lado, hicimos un análisis muy profundo de la situación política, económica y social del país. La participación del Centro de Estudios Políticos de Argentina (CEPA), aportando datos muy enriquecedores, nos permitió tener elementos para analizar la realidad con mayor detenimiento.
Ese análisis confirmó lo que venimos sosteniendo hace tiempo: que estamos en un país en crecimiento, con altísima inflación, con una productividad mayor de los sectores manufactureros, pero esa productividad no derramó hacia el conjunto de la sociedad y eso genera que haya pérdida de poder adquisitivo de los salarios.
Esto nos facilitó la elaboración de la estrategia para afrontar las revisiones de los distintos acuerdos paritarios. Definimos, por ejemplo, pedir un bono de fin de año a todas las empresas y reiniciar las negociaciones del convenio colectivo más grande de nuestra actividad.
-Has participado en el lanzamiento de la política de precios justos.
-Sí. Fijamos posición desde la mirada de los trabajadores. No solamente en nombre de nuestra federación sino también de la CASIA. Solo 100 empresas adhirieron al programa, pero representan el 86 por ciento del consumo masivo de Argentina, lo que habla a las claras del altísimo nivel de concentración existente.
Apoyamos toda medida del gobierno que tienda a defender el poder adquisitivo de los salarios y poner un grado de previsibilidad en los precios, pero hay un verdadero festival de remarcación, se cobra cualquier cosa. Esta política sirve para acabar con eso.
Recordamos que en la pandemia fuimos declarados esenciales, que el sector recuperó volumen, creció, generó mayor productividad, pero no repartió equitativamente.
El sector de la producción de alimentos, comercialización y grandes cadenas de supermercados tienen respaldo suficiente como para adherir a este programa y para cumplirlo.
Ojalá esta vez no haya atajos, como hubo con la política gubernamental anterior, de “precios cuidados”, cuando las empresas cambiaron los gramajes, los formatos y las presentaciones para evadir los controles. El acuerdo es de las empresas con el gobierno, nosotros solo hemos sido testigos.
Es importante que esta vez haya una contraprestación del Estado.
Si esto no funciona la paz social en nuestro país está en juego porque no hay paritaria que alcance. Nos parece que de una vez por todas el sector empresario, que es el que más ha ganado, que más se ha concentrado, que es más monopólico a la hora de formación de precios, junto con el de comercialización, de distribución y de las grandes cadenas de superficies de ventas, debe cumplir este programa.