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La nueva Constitución y el futuro de los sindicatos

Un cambio de época

La propuesta de nueva Constitución constituye uno de los hitos políticos más importantes de los últimos 40 años en Chile, al conllevar cambios significativos en cuanto al rol del Estado, los derechos sociales, la participación ciudadana. Está en juego la posibilidad de poner fin a la Constitución de Pinochet y la lógica neoliberal asociada a ella.
Foto: Gerardo Iglesias

La discusión ha copado la agenda de los medios de comunicación y atraviesa diversos espacios políticos, sociales y académicos, sumando actores muy variados.

En el caso de los sindicatos, si bien no fueron centrales al interior de la Convención que redactó el texto que será sometido a plebiscito este domingo 4 de septiembre, sí han sido relevantes en el debate y gran parte de sus reivindicaciones fueron incorporadas en el texto.

En esta dirección un hecho notable es que se han incluido estándares internacionales en las temáticas laborales y sindicales.

El texto plantea un cambio sustantivo en las relaciones laborales, otorgando condiciones de mayor equilibrio entre sindicatos y empleadores.

Entre otras cosas, se contemplan negociaciones sectoriales, huelga efectiva y participación de los trabajadores en los directorios de las empresas.

Se trata de asentar una nueva cultura en el trabajo, que corresponde con anhelos profundamente sentidos por las organizaciones de trabajadores y trabajadoras.

La nueva Constitución implica dejar atrás el Plan Laboral impuesto en dictadura, concebido precisamente para coartar la acción sindical.

La aceptación de la propuesta conducirá al fin del Estado subsidiario y su reemplazo por uno que garantiza derechos sociales fundamentales y fomenta nuevas relaciones entre las personas, con la naturaleza y pueblos originarios.

Un clima espeso

Pese a estos propósitos, el camino no es sencillo. La deliberación popular se ha visto afectada por las fakes news, la promoción del miedo e interpretaciones antojadizas que buscan desprestigiar el trabajo de la Convención y la propuesta constitucional.

Como sea, la fuerza del “Apruebo” se despliega en los territorios, empujando cambios profundos en nuestra sociedad.

Si así fuera, estamos seguros que se reconocerá en la nueva Constitución un gran avance para las organizaciones sindicales, así como para los trabajadores y las trabajadoras, quienes están llamados a apoyarla, difundirla y protegerla.


Nota: Antonio Aravena es doctor en Sociología e investigador Asociado del Programa de Estudios Psicosociales del Trabajo, de la Universidad Diego Portales.
Claudio Urrutia es expresidente de la Federación de Sindicatos de Unilever Chile.