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Carta abierta en defensa de la Universidad de la República

Un país que cuida a su Universidad
cuida su futuro

Un país que debilita su Universidad, empobrece su vida cultural y compromete su desarrollo sustentable, comienza diciendo una nota pública firmada por un grupo de docentes y académicos de la Universidad de la República (Udelar) después que se conociera el contenido de la Rendición de Cuentas enviada por el Poder Ejecutivo al Parlamento, donde “no aparece la Universidad de la República”. Transcribimos a seguir el contenido completo de la nota.

UDELAR

07 | 07 | 2022


Foto: Udelar

La Universidad de la República nació junto al propio proceso fundacional del país. Desde entonces ha ocupado un papel muy relevante en la vida cultural, educativa y científica de nuestra sociedad, aportando al desarrollo y fortalecimiento democrático e institucional de nuestra República.

El papel de la Universidad fue particularmente notorio en el tiempo reciente. Su importante desarrollo en el interior del país, articulado con la ANEP y los gobiernos departamentales, ha posibilitado el acceso a la formación universitaria para muchísimos jóvenes que antes no podían concretar su derecho a la educación.

Mientras que en el quinquenio 2005-2009 el porcentaje de estudiantes de ingreso que correspondía a planes de estudio impartidos en el interior era del entorno del 5 por ciento, en el quinquenio 2015-2019 dicho porcentaje se situó entre 14 y 16 por ciento.

Hoy, más de veintidós mil estudiantes asisten a las sedes de la Universidad en Salto, Paysandú, Rivera, Tacuarembó, Melo, Treinta y Tres, Rocha y Maldonado y el 51 por ciento de la matrícula universitaria es primera generación en su familia en ingresar a la educación universitaria. Son indicadores inequívocos de un proceso de democratización del acceso a la educación que el país está logrando a través de su Universidad.

El aporte social de la Universidad ha sido especialmente visible en el contexto de la pandemia. Ante esa crítica coyuntura, la Universidad mantuvo sus cursos en modalidades virtuales y volcó todos sus recursos a la atención de la emergencia sanitaria y social, aportando sus cuadros al GACH, comprometiéndose con la asistencia sanitaria, desarrollando la innovación aplicada a la creación de hisopos y tests de diagnóstico, realizando por su cuenta un montaje rápido de laboratorios de testeo en diferentes puntos del país, estudiando y atendiendo a través de la extensión diferentes aspectos económicos, sociales y psicológicos asociados a la problemática sanitaria, formulando programas de investigación para anticipar escenarios y mejorar las capacidades de respuesta del país en las áreas mencionadas, entre otros muchos aportes.

En este contexto, además, la matrícula universitaria continuó creciendo. Solo en 2021 el ingreso a la Udelar creció 16 por ciento, un salto respecto al promedio de crecimiento anual de los cinco años precedentes. Este notable crecimiento de la matrícula, que es una excelente noticia para el país, ha sido sostenido por la Universidad con la misma cantidad de horas docentes y los mismos recursos que tenía en 2020, que se han depreciado por causa de la inflación.

Esto ha resentido fuertemente las capacidades infraestructurales y de apoyo administrativo para responder a una matrícula creciente en contextos de mayor complejidad y exigencias; a su vez, la atención a un número mucho mayor de estudiantes sin incremento del cuerpo docente no podrá sino complicarse, más allá de que en el corto plazo ello haya sido superado por un esfuerzo adicional extraordinario. Si no se responde presupuestalmente a esta situación, la calidad de la enseñanza universitaria se verá resentida.

Vemos con gran preocupación el mensaje de Rendición de Cuentas que el Poder Ejecutivo ha enviado al Parlamento Nacional, en el cual no aparece la Universidad de la República. Se habla de que es un presupuesto para la educación y la ciencia, pero se excluye a la principal institución universitaria del país, que atiende el 85 por ciento de la matrícula universitaria, realiza más del 75 por ciento de la investigación científica, y forma a la masa crítica de investigadores e investigadoras con que cuenta el Uruguay. ¿Cómo es posible?

De concretarse esta situación, se afectarán fuertemente las oportunidades educativas para nuestros jóvenes, se resentirá la capacidad del país para retener a sus personas más formadas, que pasarán a alimentar la llamada fuga de cerebros hacia Universidades de la región y el mundo que las reciben con los brazos abiertos, se interrumpirán procesos de investigación conectada con la sociedad que luego cuesta mucho tiempo y recursos volver a iniciar, y se perderá la posibilidad de desarrollar para la salud pública innovaciones tecnológicas que hoy sólo están disponibles, a un alto costo, en el sector privado.

Entre las nuevas carreras que no podrían implementarse o tendrían serios problema de implementación por falta de recursos se encuentran: Ingeniería Físico-Matemática, Licenciatura en Administración de Sistemas de Información, Licenciatura en Educación Artística, Licenciatura en Psicopedagogía (en acuerdo con ANEP), Licenciatura en Viticultura y Enología, Licenciatura en Ingeniería de Medios, Licenciatura en Oceanografía, Licenciatura en Biotecnología y la Licenciatura en Tecnologías de la Química.

La supresión sin compensación del Adicional del Fondo de Solidaridad, significa un recorte de quince millones de dólares anuales que afectará gravemente el desarrollo edilicio que la Universidad debe hacer para atender al crecimiento de la matrícula en todo el país.

La Universidad es patrimonio de nuestra República, forjado por distintas generaciones de compatriotas, sin importar filiación política u orientación filosófica. Hacemos un llamado público a la sociedad uruguaya a defender a su Universidad.

En particular, exhortamos al Poder Ejecutivo a implementar el mecanismo del mensaje complementario para dejar sin efecto el recorte e incorporar a la Udelar dentro del esfuerzo presupuestal. Apelamos a la comprensión del Parlamento nacional para apoyar el pedido presupuestal que la Udelar realiza para poder hacer frente a los desafíos que tiene por delante.

Un país que debilita su Universidad empobrece su vida cultural y compromete su desarrollo sustentable. Un país que cuida a su Universidad cuida su futuro.