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Crónica del 8M

La indignación que se transforma
en movimiento

Las marchas del 8 de marzo son una de las citas ineludibles para quienes creemos y luchamos por construir un mundo más justo, menos violento y más igualitario. La de este 2024 tuvo una particularidad: se sumaron nuevas compañeras de los sindicatos afiliados a la Rel UITA en Uruguay. Un proceso lento, pero sin pausa.

Amalia Antúnez

14 | 3 | 2024


Foto: Amalia Antúnez

Nos reunimos previamente en la sede de la Secretaría Regional en Montevideo para confeccionar los carteles que luego llevaríamos a la marcha por 18 de julio, la principal avenida de la capital.

La primera en llegar fue Angélica Badell, presidenta del Sindicato de Trabajadores de Frigorífico Durazno (Sifridur).

También fue de ella la idea de sumarse a la marcha capitalina como integrantes del Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (Clamu).

Angélica participa de las reuniones virtuales y actividades presenciales del Clamu desde antes mismo que la Federación Obrera de la Industria de la Carnes y Afines (FOICA), que nuclea a los sindicatos frigoríficos en Uruguay, se afiliara a la Internacional.

Entusiasta y ávida por aprender, es una de las compañeras más comprometidas con el trabajo del Comité, y siempre está dispuesta a viajar los 200 kilómetros que separan su ciudad, Durazno, de Montevideo.

Luego fueron llegando Laura Rebollo e Ingrid González, del Sindicato de Trabajadores de Frigorífico Carrasco (SITFRICA), que desde que la FOICA se afilió a la UITA participan de todas la actividades y talleres promovidos por el Clamu.

Enseguida se sumó Sonia Muniz, del Sindicato de Trabajadores de Nestlé Uruguay, que se integró en 2023, cuando el Clamu materializó una serie de talleres en Uruguay, y ha mantenido una presencia constante y activa desde su lugar trabajo a las propuestas del grupo.

Por último, llegaron las compañeras de la Asociación Laboral del Personal de Establecimiento Colonia (ALPEC) Verónica González y Natalia Gamboa.

Amabas se unieron durante las actividades de los 16 días de activismo de 2023, que reunió a las trabajadoras de la industria frigorífica en una jornada de reflexión y memoria en el histórico local de la FOICA en el barrio montevideano Cerro, de vieja tradición obrera.

Todas somos Argentina

Con los carteles listos y las banderas en la espalda o en la cintura partimos para unirnos a la caminata, conscientes de que esta es una fecha para reivindicar las luchas de las trabajadoras que nos precedieron, y que el paro internacional de mujeres es una forma de demostrar la importancia del trabajo femenino en el mundo.

Este año el Clamu compartió la preocupación de todas las trabajadoras latinoamericanas por la situación social y política en Argentina, por lo que marchamos con un cartel solidario, bajo la premisa de que “la Patria no se vende”.

Durante el recorrido, los grupos de WhatsApp se inundaron de imágenes que iban llegando de diversos lugares: Guatemala, Honduras, Perú, Ecuador, Costa Rica, Colombia, Argentina, tanto de la capital Buenos Aires como de Córdoba, donde militan grandes y queridas compañeras del Clamu.

Suzalynn Zamora, del Sindicato de Trabajadores de Marfrig de Fray Bentos, Roxana Quinteiro, del Sindicato de Trabajadores de Calpryca y Trevilard de Las Piedras, Canelones, y Natalia Pesce, del Sindicato de Trabajadores del Frigorífico Casablanca, en Paysandú, participaron de las marchas en sus respectivas localidades

Estas movilizaciones suelen ser muy emotivas, porque demuestran, entre otras cosas, que el movimiento feminista, al igual que el movimiento obrero, se mantienen vivos y solidarios. El 8 de marzo es una fecha de confluencia de ambos movimientos.

Sororidad que se hace marea

También emociona ver el gran trabajo que vienen haciendo las mujeres que conforman el Clamu.

Todas las organizaciones que forman parte del Comité se sumaron a la consigna de solidaridad con las trabajadoras argentinas, todas participaron, cómo pudieron y desde el lugar que pudieron o las dejaron.

Porque eso tiene este grupo de mujeres luchonas: sororidad que se hace marea, unión que se siente y se celebra y, sobre todo, indignación que se transforma en movimiento y avanza.

Así son estas mujeres del Clamu, que, aunque muchas veces quieran frenarlas, callarlas o ignorarlas ellas avanzan porfiadamente avanzan, sabedoras de que nadie les va a regalar nada si no luchan y que en la unidad radica su verdadera fortaleza.