Con Daniela Pérez
Trabajadora de Frigorífico Durazno (Frigocerro SA), Daniela fue despedida de forma arbitraria en julio pasado, apenas cuatro días después de afiliarse al sindicato (Sifridur).
Amalia Antúnez
26 | 08 | 2022
Foto: Gerardo Iglesias
Desde entonces la organización, afiliada a la Federación de Obreros de la Industria de la Carne (FOICA), lucha por el reintegro de la trabajadora.
Este lunes trabajadores y trabajadoras del Sindicato y dirigentes de la Federación comenzaron una caminata hacia Montevideo (200 km.) con la intención de ser recibidos por el presidente Luis Lacalle Pou, para plantear el caso de Daniela Pérez y de otro trabajador, también despedido después de sindicalizarse.
La Rel conversó con Daniela en una de las paradas que hizo junto a sus compañeros de ruta y luchas compartidas.
Consultada sobre los motivos que le dio la empresa para despedirla, Daniela detalló que cuando fue a recibir el salario del mes de junio notó que no le habían pagado la bonificación por presentismo y pidió explicaciones a la administración, pues ella no había faltado.
“Cuando hice el reclamo, recién a la semana me notificaron que tenía dos faltas, una porque me había realizado el Papanicolau* y otra que calificaron falta con aviso. Fue entonces que me quejé”, relata.
Luego Daniela pidió que revisaran la documentación previamente presentada por ella.
Dijo que ese día no solo no la habían convocado a trabajar, sino que, además, en caso de que lo hicieran, ella no podría concurrir pues debía realizarse una serie de estudios médicos.
Los trabajadores y trabajadoras de esa planta frigorífica son citados a trabajar mediante mensajes de texto a sus teléfonos y se los convoca a demanda.
“Ese día, cuando me dicen lo de las faltas yo tuve un pequeño accidente, me corté durante la tarea de deshuese y me sentí mal, por lo que pedí para retirarme. Cuando me disponía a salir, un supervisor me dijo que antes de irme firmara un papel diciendo que me iba sin autorización, a lo que me negué rotundamente”.
Daniela se retiró y al día siguiente recibió una notificación de que estaba suspendida por cinco días.
“Hace un año y medio que trabajo y nunca tuve ningún problema con nadie, y cuando me siento mal me suspenden por cinco días”, lamenta.
No pasaron ni dos días de la suspensión que le llegó la notificación de despido por “notoria mala conducta”, también vía mensaje de texto.
Cuando el sindicato acciona a su departamento jurídico, que pide explicaciones por el despido, le responden que fue porque la trabajadora insultó al personal de administración.
“Nunca insulté a nadie. Lo único que le dije al supervisor fue que no iba firmar ningún papel diciendo que me retiraba sin autorización, que me había ido porque me sentía mal”, reitera Daniela.
Según la trabajadora, trascurrieron 10 días desde el despido, hubo reuniones entre el sindicato, el Ministerio de Trabajo y la empresa sobre el tema cuando desde Frigocerro cambiaron la versión de las razones del despido.
“Después de varios días, comenzaron a decir que me despidieron porque había etiquetado mal 17 cajas de mercadería. Justo el día que me retiré cayó la inspección y notaron ese error, solo en mis cajas”, señala con suspicacia.
Daniela tiene la convicción de que le achacaron un error para sacarla de la empresa a pesar de ser una buena funcionaria.
Haberse afiliado al sindicato puede haber sido la verdadera razón para su despido y del otro trabajador del sector de mantenimiento, señala.
Frigocerro cuenta con un largo prontuario antisindical.
En 2015 los trabajadores habían logrado organizarse y constituir un sindicato, pero de inmediato el frigorífico despidió a quienes formaban parte de la junta directiva, desarmando cualquier posibilidad de organización.
Desde esa fecha hasta el año pasado los trabajadores no habían logrado organizarse nuevamente, expresó en su momento el presidente de FOICA Martín Cardozo: “decir sindicato en Frigocerro equivale a decir despido”.
Como las irregularidades laborales son muchas, pudo más la indignación que el temor y en febrero de 2022 finalmente el sindicato se constituyó.
Ante la primera reivindicación −regularizar los pagos a la seguridad social− se dio el primer conflicto y aunque por presión de la FOICA se solucionó, la relación entre el sindicato y Frigocerro siguió siendo ríspida.
Según denuncian los trabajadores, la empresa propiedad de Diego Ortiz, que cuenta con exoneración de impuestos por parte del municipio, no les entrega a sus empleados ni siquiera las botas de goma, parte del uniforme de trabajo.
Despide bajo argumentos poco transparentes a trabajadores sindicalizados y evade el pago a la seguridad social.
En negociaciones ante el Ministerio de Trabajo, Frigocerro ofreció quitar la carátula de despido por notoria mala conducta, pero Daniela rechazó la propuesta.
“Si acepto eso, asumo que cometí una falta grave, y no fue así”, afirma.
Los trabajadores reunidos en la FOICA esperan ser recibidos por el presidente y que desde el Poder Ejecutivo haya alguna señal positiva que permita el reintegro de los despedidos y el fin del conflicto.