“Sí, señor Cortizo, ‘Por encima de la ley nada ni nadie, primero los pobres’, pero recurrir a la amenaza e intimidación, y ahora a la farsa de la consulta es crear violencia, buscando con ello amedrentar la voluntad de la mayoría social opuesta a esta actitud obcecada, ambiciosa y desmedida de convertir la aberración minera en ley 406 de la República”.

Se trata de “un contrato basura, antinatural, que la población panameña en las calles repudia de manera espontánea con firmeza de patria, enseñanza aprendida desde temprano, señor Cortizo: quien vende a su patria, vende a su madre.

Es usted un perfecto mitómano que no respeta la voluntad del pueblo. ¡Es mandatario, pero el mandante es el pueblo!, al cual debe obediencia para ejercitar el poder democrático de ‘mandar obedeciendo’, con honradez, sensatez y sencillez, respetando a la Constitución.

Esa Constitución cuyos primeros capítulos marcan el norte que ustedes, oligarcas conservadores, tienen la manía de olvidar e irrespetar.

Basta recordar los grandes escándalos mundiales de bufetes y ‘lavanderías’ bancarias, de las maquinaciones entre socios de empresas familiares ligadas a negocios fraudulentos mineros e hidroeléctricos, de otras exquisiteces del poder como el excedente del Canal y reservas del uso más privado posible, causando lesión sensible al patrimonio de una nación con profundas desigualdades sociales.

Todas estas prácticas nefastas condujeron a un sello opaco que significa una marca terrible para nuestra patria, conocida como paraíso fiscal.

Este pueblo comienza a comprender la naturaleza de la narcopolítica que inunda a los órganos del Estado.

Las manifestaciones están siendo filtradas por elementos del mal vivir, delincuentes del crimen organizado al servicio del poder político y económico que vandalizan todo lo que encuentran a su paso, robando a los humildes panameños.

Nada es nuevo, así operaron durante el período de los militares para amedrentar e intimidar al pueblo, e imponer la represión en defensa de aquella época”.

(…) “El descontrol existente ha llevado al inquilino del Palacio de las Garzas al extremo de transmitir sus amenazas, situación ésta que no surte ningún efecto en la población que se mantiene en las calles rechazando un contrato basura que tiene al país al borde de la desobediencia social en dirección a un paro nacional de forma progresiva, con cierres de carreteras y caminos.

Siendo así las cosas, las cartas están sobre la mesa. Es el turno de los señores magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Jurídicamente todo está claro y sabrán qué hacer para superar el entuerto y resolver de una vez por todas el agravio a la Constitución, al pueblo, y a la nación”.

(Usted) “inquilino del Palacio de las Garzas, quien se encuentra atrapado en su propia vorágine asimilado por las políticas injerencistas de la embajada de Estados Unidos, ha perdido toda objetividad del sentido de la Nación panameña, y de ser un panameño a carta cabal”.

NdE: intertítulos y destacados nos pertenecen.